Foto: Rigoberto Urán participará en su primera contrarreloj en unos Juegos Olímpicos.
Las contrarrelojes de Rigobert
Prensa Mindeporte
Bogotá, 27 de julio de 2021. Una sonrisa por encima de la tristeza. Un pedalazo fuerte, decidido para empezar a manejar una buena cadencia. Una exhalación fuerte, como un toro, haciendo honor a su apodo y una mirada fija, enfocada en el objetivo: concentración total. Cuando se pone el casco de contrarreloj, Rigoberto Urán es uno de los mejores representantes de Colombia, de esos que parecen volar sobre el asfalto.
Su primer acercamiento a una prueba contra el cronómetro la tuvo cuando tan solo tenía 14 años y era un joven flaco, con poco pelo en la cabeza, de labios gruesos y reconocido más por esos días por sus travesuras que por genialidad sobre la bicicleta. En esos momentos, en los que no llevaba ni una semana en la escuela de ciclismo de Urrao, no sabía muy bien cómo era el tejemaneje del asunto. Se presentó sin la indumentaria requerida, con una bicicleta prestada, en la que solo se dedicó a pedalear tan fuerte como pudo hasta llegar a la meta: ganó sin dificultad.
El ciclismo no significaba lo que hoy es, estaba más pendiente de estar con sus amigos de colegio, de las bromas, de disfrutar de su juventud. Sin embargo, esa prueba fue el abrebocas de lo que sería en un futuro: un genio sobre la bicicleta y una persona con una personalidad única, con una visión clara de sus objetivos, de sus fortalezas y debilidades.
Así fue como se abrió paso por el deporte, con tan buen andar que con 19 años representó al país en el Campeonato Mundial de Ciclismo en Ruta Junior, en el que tuvo una destacada actuación en la contrarreloj individual. Terminó en la decimosegunda posición, perdiendo 1:17 segundos con el alemán Marcel Kittel, quien fue el ganador.
Cuando llegó a Italia, con el equipo Tenax su estilo fue mejorando y en 2007 se empezó a convertir en referente colombiano, al finalizar en la segunda posición en el Campeonato Nacional de Ruta, en la contrarreloj, la cual fue ganada por un especialista de siempre, como Santiago Botero. Y fue ese año en la carrera Bicicleta Vasca cuando abrió los ojos de propios y extraños con una victoria en la contrarreloj de 20.5 kilómetros en Abadiano.
Como esa tuvo pruebas contra el reloj sublimes antes de llegar al equipo Sky, como las de la etapa cuatro en el Tour de Romandía, en 2009, en la que terminó segundo en Yverdon-les-Bains, el séptimo puesto en el Tour de Francia 2009, en Montpellier o el séptimo lugar en el Giro de Italia de 2010, en la etapa 16, que terminó en Plan de Corones.
Cuando pasó al Sky empezó a trabajar con mucha más dedicación este tipo de pruebas. Cuando no tenía competencia se acercaba al velódromo de Medellín para realizar repeticiones, trabajos de intervalos y trasmoto. "Hacer pista me da mucha agilidad. Esto es clave para tomar la forma y la punta de velocidad. Igualmente es un elemento importante para la contrarreloj, modalidad que es fuerte para el equipo. Yo siempre vengo a la pista y en ocasiones hago doble jornada", dijo en su momento el pedalista de Urrao.
Ese trabajo, esa dedicación fue el que lo siguió convirtiendo en uno de esos corredores a temer en las pruebas contra el cronómetro. Sus presentaciones pasaron a ser formidables y los top-10 comenzaron a ser más continuos y si no, terminaba cerca hasta que el 22 de mayo de 2014 rompió el reloj en el Giro de Italia. Se corría la etapa 12 entre Barbaresco y Barolo y con una lucidez única de los grandes contrarrelojeros, Urán se quedó con el triunfo y se convirtió en el primer colombiano en vestirse de rosa en esta competencia. En esta edición también terminó tercero en la etapa 19, una cronoescalada con final en Cima Grappa. Fue su segundo podio en el Giro.
Muchas veces estas fracciones, en las que la concentración se une a la fortaleza física, lo hicieron sonreír (Campeonatos Nacionales 2015 y Tour de Francia 2017), otras más lo hicieron sufrir, sin embargo, con el paso de los años, Rigoberto Urán se ha convertido en ese personaje importante dentro del ciclismo colombiano para disputar estas pruebas, solo este año viene de ganar la del Tour de Suiza y aunque en los Juegos Olímpicos es a un precio alto puesto que se enfrenta a los mejores, la figura de Urán vuelve a aparecer para emocionar a Colombia con su pedaleo, sus ocurrencias y esa mentalidad de dejar en alto el nombre del país.