Foto: Yerly Cardona sostiente la patineta después de haberse coronado en la modalidad de stret en skateboarding.
Yerly Cardona, una patinadora
domingo, 17 de noviembre de 2024
La deportista de 17 años se coronó en la modalidad de street y le dio al departamento del Quindío la primera medalla de oro en los I Juegos Nacionales Juveniles.
Prensa Mindeporte
Pereira, 17 de noviembre de 2024. Encima de una patineta los sueños vuelan, los anhelos se materializan y la realidad cambia. Con cada giro, con cada salto, el mundo se detiene, y solo importa el instante: el equilibrio perfecto entre el riesgo y la libertad.
Así vive el skate Yerly Cardona y transforma el pavimento en su escenario, donde la creatividad y el coraje se fusionan para alcanzar lo que parece inalcanzable. Con cada truco, desafía la gravedad y demuestra que los límites solo existen en la mente. No solo patina, inspira, así como lo hizo en los I Juegos Nacionales Juveniles al lograr un oro memorable en la modalidad street del skate para el departamento del Quindío.
Esta fue una disciplina que llegó a su vida hace tres años, gracias a su hermana Ashley, quien un día cualquiera llegó a la casa con una tabla entre sus manos. Fue amor a primera vista. Una vez se montó en la patineta, todo lo que había hecho hasta ese momento quedó de lado, en el olvido como si fuera parte de una vida pasada. Desde ese instante, encontró en el skate más que un deporte: una forma de expresión, un lenguaje propio con el que cuenta historias, desafía miedos y construye sueños.
El camino no ha sido fácil. Entre caídas, raspones y días en los que parecía imposible avanzar, descubrió que la perseverancia es su mejor aliada y que cada tropiezo es solo un paso hacia el próximo logro. Las caídas para ella son un impulso, entre más duro es el golpe, se levanta con más berraquera y con más ánimo para afrontar los desafíos. "Es algo que me motiva más a sacar el truco. Se pueden ver como los golpe que también a uno le da la vida, solo nos queda mirar cómo aprovechar el momento", afirmó con una sonrisa.
Precisamente, en su cara siempre está acompañada por una enorme sonrisa, es el fiel reflejo de que ama lo que hace y de que cada instante sobre la patineta la llena de felicidad y propósito. No solo ve el skate como una competencia, sino como una forma de conectarse con ella misma y con los demás. Esa pasión la ha llevado a superar cada obstáculo y a convertirse en una inspiración para quienes siguen su proceso.
Nada la frena: ni los golpes, ni las caídas, por el contrario se convierten en un impulso para seguir con más ímpetu. "La primer caída fea fue en la carrera de la muerte que hacen en Armenia, en el día del skate. No llevaba ni un año montando. En ese momento pensé, ya con esto puede tomar la decisión de no seguir. Pero no, por el contrario, eso la impulsó. Cuando llegó así toda aporreada, le pregunté, ¿entonces, qué hija? ¿Sigue o nos quedamos acá? ¿Volvemos al fútbol? Su respuesta fue clara: no, yo sigo en el skate", afirmó su mamá, Nancy Rodríguez.
Y así ha sido su camino lleno de constancia y valentía. Cada caída no solo ha dejado marcas en su piel, sino también lecciones profundas en su espíritu. Así se proyecta para grandes gestas: primero, para convertirse en una representante de Colombia a nivel internacional y segundo, para cumplir el sueño de llegar a unos Juegos Olímpicos. El camino se está trazando y con determinación, avanza a paso firme.
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