Foto: Yenny Solano y Camilo Granada se propusieron ayudar al equipo de la Comuna 8, de Ibagué, a cumplir el objetivo de llegar a la final de los Juegos Comunales.
Yenny Solano y Camilo Granada,
Camilo, de 22 años, dirige a su mamá, una mujer de 44 que hace parte del equipo que representa al Tolima en el fútbol de salón femenino de las justas.
Prensa Mindeporte
Ibagué, jueves 25 de noviembre del 2021. Yenny Solano y Camilo Granada, madre e hijo, provienen de una familia en la que el fútbol es el tema central de las conversaciones. Desde la generación de los abuelos, el balompié se ve, se habla y se practica con entusiasmo y dedicación.
Los Juegos Comunales les dieron a ambos la oportunidad de representar al departamento del Tolima en la fase regional, en donde él es el técnico y ella, una de sus dirigidas.
"Cuando supimos de los Juegos y que además el equipo estaba buscando mujeres de cuarenta años, fue que propuse a mi mamá. Ella ya había jugado con varias de las compañeras antes, así que ya la conocían", cuenta Camilo.
Y es que Yenny, quien también tiene otro hijo, es una apasionada por el fútbol, deporte que juega desde hace más de nueve años y en el que compite cada vez que tiene oportunidad.
"Siempre me gustó este deporte, pero hubo un momento en que no lo podía jugar por temas de trabajo o por ocuparme de mis hijos, sin embargo, hace nueve años dije: voy a jugarlo, puedo hacerlo. Comencé con un equipo mío, en donde yo invitaba a algunas de mis compañeras y jugábamos", dice Yenny.
Sobre cómo manejar la relación deportiva y familiar en los partidos, Camilo y Yenny tienen claro que, una vez se escucha el pitazo inicial, lo principal es pensar en el equipo, y de ese modo es que se toman y se entienden las decisiones.
"Desde el principio se habló y se dijo que cuando se entraba a la cancha ya no había vínculo familiar, sino deportivo, de entrenador-jugadora y viceversa. Ella es consciente de que si la embarra, hay sustitución, o que si no inicia, entra como cambio", señala Camilo.
Por su parte, Yenny Solano ratifica las palabras de su hijo: "Si uno le dio la facultad de que él esté allí afuera es para aceptar lo que ve y para escucharlo también. Cuando a veces uno se cuestiona algunas cosas, estas se quedan allí en la cancha", puntualiza.
Aunque es la primera vez que Camilo Granda dirige en propiedad, lo hace con la madurez del caso y aportando los conocimientos que ha logrado adquirir en la experiencia que la vida, en el deporte, le ha dado: "Yo tengo mis bases porque he tenido la oportunidad de jugar. Desde que tengo siete años he estado practicando el fútbol", cuenta.
Yenny afirma que el papel de su hijo, y de quienes las apoyan, es fundamental para la labor que ellas desempeñan en la cancha, ya que desde afuera se ven cosas que a veces, en el calor de los partidos, no se perciben dentro del terreno de juego.
"Con las cabezas más frías, ellos son los que nos dicen qué debemos hacer. Son importantes para ayudarnos a mejorar y corregir errores. A veces, desde afuera, ellos están más concentrados de lo que uno mismo está en la cancha", concluye la jugadora.
Yenny Solano y Camilo Granada se propusieron ayudar al equipo de la Comuna 8, de Ibagué, a cumplir el objetivo de llegar a la final de las justas, pero, además, lograron ser el reflejo de que en los Juegos Comunales también se integra y se compite en familia.
Pueden encontrar material de apoyo en el siguiente enlace: https://drive.google.com/drive/u/0/folders/1Qgt11943rUG6VO-cBPgRwENH6P-OnDpN