La Federación Deportiva Militar promueve este deporte paralímpico en el país y ese trabajo se vio reflejado con el oro en los pasados Juegos Paranacionales Bolívar 2019
Prensa Mindeporte
Bogotá, D.C., mayo 22 de 2020. Inclusión es una palabra muy común a la hora de citar el sector paralímpico, pero hay una disciplina en particular que le permite a alguien sin discapacidad tener la posibilidad de practicarla, enviando de paso un mensaje contundente: el deporte une y da oportunidades a todos.
El voleibol sentado lo demuestra a plenitud. Desde sus inicios, que se remontan a los años 70, ha sido practicado por atletas con discapacidad en miembros inferiores, principalmente amputados. Y en el caso de países que han padecido conflicto armado, muchos son lesionados por las minas antipersonal.
Dentro de su evolución, se destaca que desarrolló un sistema de puntuación en la cancha -cada jugador recibió puntos según el grado de amputación- y fue así como se determinó que 13 era el requisito mínimo de puntaje por equipo en la cancha.
Respecto al voleibol convencional, el sentado se juega en una cancha más pequeña que la común, teniendo como medidas 10 metros de largo por seis de ancho. De igual manera, las líneas de ataque están a dos metros del centro del campo.
La red tiene entre 6,50 y siete metros de largo y 0,80 metros de ancho, quedando a 1,15 metros del suelo para los hombres y a 1,05 m para las mujeres.
De los 12 jugadores del equipo, sólo puede haber como máximo dos que tengan "inhabilidad mínima" y sólo uno de ellos puede estar jugando dentro del campo. Y si en el convencional, la posición del jugador es marcada por sus pies, en esta modalidad es señalada por los glúteos, lo que permite que ubiquen las piernas o brazos en otras zonas.
Durante el servicio, cualquier jugador del ataque puede tocar la pelota e interferir en la trayectoria del servicio si ésta se mantiene sobre la altura de la red. Los atacantes del equipo adversario también pueden bloquear el servicio, lo cual se determinaría como falta en el voleibol tradicional.
Dos árbitros dirigen cada partido, quienes se encargan del juzgamiento de todas las jugadas y cuentan con el apoyo de un par de auxiliares que están en cada extremo del campo para estar más atentos a las líneas e indican si el balón cae o no dentro del campo. También están los dos marcadores en la mesa, para señalar la puntuación del juego.
En Colombia, el equipo de Fuerzas Armadas es el de mejores resultados a nivel nacional y así lo patentó en diciembre pasado, cuando se llevó el oro en los V Juegos Deportivos Paranacionales, Bolívar 2019, luego de superar dos sets a uno a su similar de Antioquia en el coliseo Northon Madrid de Cartagena.