Dos hermanos hacen parte del equipo de Nariño
Prensa Coldeportes
-Más que un simple deporte, es una pasión-. Así define Fabio Alejandro Tarazona su amor por el voleibol, una actividad que ha logrado convertirse en parte fundamental de su vida, ya que con el balón ha afianzado su relación con su hermano mayor a quien le augura un gran futuro.
Desde muy pequeños los hermanos Tarazona se han inclinado fuertemente por esta disciplina, que además de unirlos los ha llevado a compartir equipo en la delegación de Nariño en los Juegos del Litoral Pacífico, Fabio como deportista y Manuel Fernando como entrenador, una oportunidad que para ellos es única he irremplazable.
"Ser entrenador de Fabio es una experiencia única, ya que no todo el mundo tiene la oportunidad de participar en unos Juegos con su hermano menor, también es algo motivante contar con el compromiso de él en cada entrenamiento y partido,eso me da fuerza para seguir apoyándolo en cada competencia en la que participa", dice Manuel.
Pero para llegar a donde están tuvieron que pasar una de las pruebas más difíciles que cualquier amante del deporte puede tener. Hace dos años en un entrenamiento de un torneo departamental, Fabio sufrió una lesión de rodilla que según los médicos no le permitiría volver a jugar. Después de un año y con mucha entrega, el menor de los hermanos comenzó a practicar sus movimientos, poco a poco fue recuperando la fortaleza y con ayuda de su familia pudo regresar a las canchas.
"En ese momento tuve todo el apoyo de mi familia, ellos sabían que iba a ser un golpe muy duro para mí, pero con sus cuidados salí adelante. En cada entrenamiento estaban muy pendientes de mi rodilla, desde la tribuna escuchaba sus gritos diciéndome si me sentía bien, igual el temor de volverme a lesionar me limitaba, pero con el tiempo se fue perdiendo y más al ver que mis compañeros seguían adelante y yo me iba quedando atrás. En mi mente solo estaba alcanzarlos y seguir para poder compartiendo equipo con ellos", asegura el deportista.
Para Manuel, ver a Fabio en cada partido es un motivo de orgullo y superación, algo que desde la parte profesional lo lleva a exigirle mucho más en cada día porque sabe lo que puede dar y el ejemplo que es para sus compañeros.