Foto: Miguel Ángel y Francisco Andrés Jaramillo Camacho ganaron seis medallas en las competencias de velocidad, en ciclismo de pista.
A velocidad pura, los hermanos
Miguel Ángel y Francisco Andrés dominaron las pruebas de velocidad en los Juegos Intercolegiados. Se colgaron seis medallas: cuatro de oro y dos de plata.
Prensa Mindeporte
Pereira, jueves 05 de mayo de 2022. "Y si no encontramos la felicidad, encontramos algo que se le parezca". Una frase simple, que ya tiene su tinte en la piel de Miguel Ángel Jaramillo Camacho y que pronto estará en la de Francisco Andrés Jaramillo Camacho, dos hermanos barranquilleros hechos para sonreír a velocidad pura, que encontraron su alegría de vivir encima de una bicicleta de pista, en la que quieren, a punta de pedalazos y potencia, llenar de emociones a todo un país.
Ambos son el complemento perfecto del otro, el bastón, la inspiración y, a su vez, el impulso. Más que hermanos, son amigos, compinches. Entran en calor mientras hablan y visualizan cada centímetro de la pista y cómo pueden aprovechar sus fortalezas, porque es algo que conocen muy bien y trabajan en ellas para potenciarlas. La mentalidad puesta en práctica para la atracción y la construcción de grandes presentaciones. Los dos tienen claro que, sin fortaleza mental, las virtudes físicas pueden quedar en un segundo plano.
Esa concepción se creó desde casa. Sus padres, Andrés Felipe Jaramillo, quien toda su vida practicó ciclismo de ruta, y Patricia Camacho, quien se dedicó a la natación, siempre les recalcaron hacer algún deporte como un medio complementario a la formación personal, para obtener la disciplina, dedicación y determinación que solo da la práctica de la actividad física. Método eficiente que, además, los ha llevado a mirar de manera positiva las dificultades, siempre presentes, de la vida.
Así comenzaron a adentrarse en el mundo del deporte: ambos pasaron por fútbol, en el que no fueron muy dúctiles y solo corrían detrás del balón sin un rumbo fijo; la natación también apareció en sus vidas, primero, para aprender a defenderse dentro del agua, pero para Miguel Ángel Camacho se estaba convirtiendo en algo más proyectado, pero cuando empezó a demostrar sus condiciones, no pudo ir más allá por un arreglo que les hicieron a las piscinas olímpicas, en Barranquilla. Mientas que, para Francisco Andrés Camacho, el taekwondo entró en escena para canalizar su hiperactividad.
Pero todos los caminos terminaron conduciendo a la velocidad. A las bielas y los pedales, al ciclismo de pista. Ricardo Moreno, quien practicó con Andrés Jaramillo, se encargó arroparlos y enseñarles los pormenores de un deporte en el que tuvieron que recurrir a su fuerza, potencia y resistencia. Aunque, al principio no se destacaron mucho, la perseverancia los llevó a ascender escalones de manera imparable. "Nunca hemos interrumpido y eso ha sido clave porque en el proceso han mostrado su potencial y lo que son capaces de lograr", dice el entrenador Moreno, con seguridad.
De a poco, sus nombres empiezan a repetirse de boca en boca. La presentación que cada uno da sobre la pista ha sido fundamental para que dentro de la burbuja ciclística los empiecen a reconocer. Hacen parte del Proyecto Avanzado de Desarrollo del Ministerio del Deporte, un paso sólido para cumplir sus sueños de convertirse en medallistas olímpicos. Pero esos anhelos son un camino largo y ellos apenas comienzan: en los Juegos Intercolegiados dieron abrieron los ojos de conocedores y desentendidos, al dominar las pruebas de velocidad masculina.
Entre los dos sumaron seis medallas: oro en velocidad por equipos y oro y plata en 500 metros prueba detenida y velocidad masculina. Seis preseas que son la bandera verde de un recorrido que estará lleno de orgullo, felicidad y también desazones, porque como la vida misma, el deporte es una compilación de emociones que terminan siendo el impulso para avanzar. Así lo aprendieron, lo han comprendido y, así, lo afrontan, sin mucho drama. Porque para lograr una medalla, tras bambalinas hay mucho camino por recorrer.