La múltiple campeona de Supérate, Érika Botero, es prima de otra promesa de la bicicleta: Julián Cardona
Prensa Coldeportes
La bandera tricolor con el verde, rojo y blanco vino a conocerse en vueltas olímpicas. Las que ha dado Luis Carlos Arias, hijo ilustre de La Unión. El futbolista en cada título con Medellín y Santa Fe, usó como capa el símbolo del municipio antioqueño que ya no lo tiene como su único referente deportivo.
Verla en lo más alto del podio ya es postal. Y en la final nacional no fue la excepción al imponerse en la contrarreloj individual en ruta, mientras en la pista se hizo inalcanzable en la prueba por puntos. Un don que pareciera hereditario. Su primo en segundo grado, Julián Cardona, también de La Unión, es uno de los mejores ciclistas juveniles del país, excampeón de la Vuelta del Porvenir, la Vuelta a Venezuela, campeón panamericano de CRI y subcampeón mundial de persecución por equipos junior, entre otros logros.
"Es un gran ejemplo a seguir por su disciplina y perseverancia, muy buen deportista", reconoce Érika de su familiar, por quien a los nueve años dejó de ver la bicicleta como algo recreativo para convertirla en la cómplice de sus más grandes sueños.
En Supérate Intercolegiados ha cumplido varios, pero esta edición le resulta especial por distintas razones. Es la última que disputa. Inolvidable sin duda. No sólo por retener varios de los títulos, también porque podrá estudiar la carrera que desea gracias al crédito condonable, premio a los campeones que cursan el último grado de secundaria.
"Siempre he querido estudiar Tecnología en Educación Física, que está muy ligada al deporte", reconoce la pedalista, quien tuvo que, literalmente, correr contra el reloj en las aulas, para poder asistir a la final nacional y afrontar el último reto de la temporada ciclística: la Vuelta al Futuro.
De hecho, por competir desde la próxima semana en Boyacá se perderá la ceremonia de grado en la Institución Educativa Félix María Restrepo Londoño. Será bachiller por ventanilla, pero por una buena causa. "Siempre he dicho que para mezclar estudio y deporte hay que ser muy juicioso en todo y sacrificarse demasiado", afirma Érika.
Ya fue campeona de la montaña de la Vuelta del Futuro 2015 y líder transitoria del evento. Proyección le sobra, talento ni hablar. Es presente y futuro, pero ella prefiere ir a su ritmo y que la velocidad sea la que hable por ella en el asfalto o la pista.