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Cartagena, 19 de noviembre de 2019. Andrés, con una voz lenta y sin poca fuerza, asegura que su niñez fue diferente. A los 11 años no pudo jugar o disfrutar de un carrito o una bicicleta, a esa edad su vida transcurría en los montes donde los enfrentamientos eran casi a diario.
Pese a estar inmerso en el conflicto armado que agobiaba al país, Andrés Artunduaga, de 18 años de edad y 1.83 de estatura, agradece al voleibol, porque cambió su vida.
Cuenta que sus familiares y él pertenecieron a un grupo al margen de la ley, aunque nunca estuvo en enfrentamiento violento, no quiere acordarse de esa experiencia de su vida.
Este joven nacido en Huila, ya tiene más de 5 años practicando el voleibol, y sus comienzos fueron en los Juegos Supérate Intercolegiados, donde un entrenador del Tolima lo vio y le propuso que jugará en Ibagué, a dónde llegó para mejorar su calidad de vida.
Artunduaga, hoy es protagonista de los Juegos Nacionales del Bicentenario, representando al departamento del Tolima, ese que le dio la oportunidad de cambiar, solo quiere entregarle la medalla de oro en el voleibol masculino, para comenzar a escribir una nueva historia, de la que sus familiares y amigos se sientan orgulloso de contarla.
La vida le planteó más de un RETO y él tuvo la suficiente resiliencia para superarlos. El deporte le enseñó el camino y la violencia ya hacen parte del pasado, ese capítulo que Colombia y el propio Andrés esperan cerrar para siempre.