El programa que transforma vidas
Prensa Supérate Intercolegiados
Las justas de Supérate Intercolegiados brindan posibilidades para que deportistas de regiones apartadas del país tengan experiencias que, probablemente, no podrán repetir. No solo los atletas se ven beneficiados: la historia de Duverney Barrios, un voluntario sordo en el Regional Centro Sur, da fe de ello.
El lenguaje de señas es, en realidad, otro idioma. Muchos lo desconocen. Y eso sucede en el complejo Villa Amazónica cuando alguien tiene sed, por ejemplo, y se acerca a Duverney Barrios gesticulando, señalando la nevera. Él queda perdido. Por fortuna, cuenta con un intérprete que es su voz, o mejor, quien lo conecta con los que hablan castellano.
Javier Ramos es quien ayuda a que Duverney pueda hacerse entender. Él no tiene nadie cercano con esta condición. Simplemente aprendió lenguaje de señas pues era quien, en la religión que practica, se encargaba de evangelizar a personas con discapacidad auditiva.
"Ser voluntario es algo muy importante para mí", dice Duverney, quien destaca que esto le ayudará a adquirir experiencia en sus estudios en deportes en el Sena. "Siento que he podido salir adelante a pesar de ser sordo. Siempre soy positivo y sé que puedo ayudar a que seamos más incluyentes", añadió.
Ser sordo en un mundo de oyentes no es fácil. Eso dice el mismo Duverney, quien rescata que se le han brindado las posibilidades de tener un intérprete. A él se lo ve motivado ayudando en todas las labores de los juegos en la ciudad de Florencia, Caquetá, donde se desarrolla el Regional Centro Sur del programa Supérate Intercolegiados, de Coldeportes. Allí colabora con los equipos con la indumentaria, con la hidratación y otras.
"Quisiera que en un futuro los sordos pudiéramos estar más incluidos y tengamos, al igual que los oyentes, ligas, clubes. Quise estudiar deportes porque sé que mientras a los niños sordos se les enseñe bien, se les certifique, pueden ser iguales que los oyentes en un deporte", menciona Duverney a través de Javier.
Él aclara que el término sordomudo no es correcto. Incluso, tímidamente se atreve a decir un "hola". Logra leer los labios esporádicamente, por lo que las personas dicen, "¡Ah, pero él entiende!", lo que no es cierto y le ha causado más de una incomodidad.
En casa, a Barrios le entienden todo perfectamente. Su esposa, Estefanía Giraldo, también es sorda. Oriundo de San José, Caquetá, Duverney ha encontrado un espacio en lo que le apasiona ayudando a que las justas escolares de su región sean un éxito.
La historia de este voluntario ha motivado a los participantes del Regional, quienes ya lo distinguen. Él y Javier se han ganado un espacio en el corazón de los caqueteños y los demás visitantes.
Esta es solo una historia de las tantas que comprueban cómo Supérate Intercolegiados abre puertas para que, en el marco del deporte, se tengan espacios de inclusión para toda la comunidad, donde es importante la población con discapacidad para que ellos también aporten y hagan de Colombia un mejor país, porque como ha destacado el director de Coldeportes, Ernesto Lucena, "el deporte es uno solo, sin barreras ni prejuicios".