Obtuvo el metal dorado en apnea desplazamiento
Prensa Coldeportes
Su contextura es gruesa, quizás esa característica le permite almacenar más cantidad de oxígeno de lo normal. Por momentos pareciera que su hábitat natural es el mar y no la tierra. Su cotidianidad es la vez su rutina de entrenamiento diario.
Steven Cuero posee una capacidad asombrosa de aguantar la respiración debajo del agua. Lo que hace cinco años comenzó como un pasatiempo, luego se convirtió en la forma de ganar medallas y el dinero para su sustento.
La apnea, disciplina de los VII Juegos del Litoral Pacífico, consiste en aguantar el mayor tiempo posible debajo del agua y desplazarse en un trazado determinado. El bonaverense es un profesional en la materia.
"Trabajo como buzo para una empresa de minería. Mi labor consiste en instalar las mangueras de las dragas que extraen el lodo de los ríos", asegura Cuero, ganador de la medalla de oro de la disciplina que se disputó en las aguas del mar Pacífico, en plena bahía de Buenaventura.
Sus entrenamientos son a la vez la forma como se gana la vida, pues todos los días se sumerge en el agua para realizar su trabajo y cuando escasea el oxígeno que lleva en su tanque, sus pulmones le dan una mano.
"A veces no es suficiente el oxígeno que cargo y me toca aguantar mucho la respiración, por eso es que estoy acostumbrado a estar debajo del agua mucho tiempo por mis propios medios", recalca el deportista del Valle del Cauca que dejó el fútbol de salón y el voleibol por la apnea.
En el Bajo Calima, corregimiento donde reside desde pequeño, sus pulmones desarrollaron una capacidad de almacenamiento extra, pues "los paseos de todos los domingos son a la bahía que tenemos y siempre me ha encantado sumergirme y quedarme mucho tiempo debajo del agua.
A sus 20 años de edad, un suspiro profundo le significó el metal dorado para su delegación, una de las cuatro que durante esta semana competirán y compartirán en los Juegos del Litoral Pacífico, un espacio de inclusión, reconstrucción de tejido social y mucho talento.
