Miguel Ángel López será el líder del equipo Astana. Foto: Astana Pro Team
Siete colombianos correrán la
Se recorrerán un total de 3.518,5 kilómetros en las 21 etapas de la ronda itálica
La primera carrera ciclística grande del año se correrá del 11 de mayo al 2 de junio, en un recorrido en el que sobresalen las pruebas contra el reloj y la alta montaña.
El reloj que marca la espera por el Giro está a punto de marcar la hora cero. En mayo, como en todos los mayos desde 1947, toda Italia se pinta de rosa y se une por una sola pasión: las bielas y los pedales. Los recuerdos de figuras encorvadas sobre un caballito de acero con caras congestionadas y tensando los dientes inundan la mente de muchos fanáticos. Esas memorias toman nombre propio: Gino Bartali y Fausto Coppi para los más viejos; Eddy Merckx y Bernard Hinault para los mayores; Miguel Induraín y Marco Pantani para los jóvenes y Alberto Contador y Vicenzo Nibali para los niños.
Para los colombianos esas figuras se convierten en Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez, Nairo Quintana, Egan Bernal, Rigoberto Urán, Esteban Chaves, Fernando Gaviria o Miguel Ángel López. Precisamente, estos tres últimos estarán en la edición 102 del Giro de Italia, que se correrá del 11 de mayo al 2 de junio. Junto a ellos también competirán Miguel Eduardo Flórez (Androni Giocattoli), Iván Sosa, Sebastián Henao (Team Ineos) y Juan Sebastián Molano (Emirates). Todos con diferentes roles dentro de su equipo, haciendo un trabajo de hormiga para que el líder de cada una de sus escuadras termine en lo más alto de la clasificación general.
Expertos en ciclismo y la organización del Giro dan a Miguel Ángel López como uno de los ciclistas a estar en la parte superior de la clasificación general, peleando con los mejores. La silueta del colombiano aparece en lo más alto junto a los de grandes pedalistas como: Mikel Landa (Movistar), Vicenzo Nibali (Bahréin), Tom Dumoulin (Sunweb), Primoz Roglic (Jumbo-Visma) y Simon Yates (Michelton). Pero entendiendo la labor que tendrá cada colombiano en su equipo, Coldeportes resaltará el trabajo de los siete ciclistas nacionales.
El recorrido arrancará con una contrarreloj individual corta, en la que los corredores tendrán su primer encuentro con la montaña: un ascenso final de 2.1 kilómetros que será explosivo, en el que se enfrentarán a desniveles hasta del 12 %. Será un abrebocas de lo que será el Giro a lo largo de tres semanas: una carrera larga, agobiante, que llevará a los ciclistas al límite tanto físico como mental. Después de siete etapas de media montaña, la primera semana cerrará con otra prueba individual contra el cronómetro: esta vez más larga (34.8 kms) y que finaliza con una subida de segunda categoría a San Marino.
Pero el Giro no sólo se quedará en contrarreloj y media montaña. Esta carrera, que siempre se ha caracterizado por ser una que le cae como anillo al dedo a los colombianos por sus largos y prolongados ascensos, en esta edición no defraudará. En la decimosegunda fracción que se correrá entre Cuneo y Pinerolo aparece en el trazado el ascenso al Montoso, el primer puerto de primera de todo el Giro: un abrebocas para la batalla en la alta montaña. Es la puerta de entrada para recorridos que terminan en subida como el Ceresole Reale o el Courmayeur, que se correrán en los dos días siguientes (24 y 25 de mayo).
En la decimosexta fracción entre Lovere y Ponte di Legno se correrán 226 kilómetros, que tendrán 5.700 metros de desnivel: Presolana, Croce di Salven, Gavia y el temido Mortirolo, por su lado más extenuante. Un trazado que recuerda tiempos antológicos en el que los ciclistas volaban continuamente entre montañas sin restricciones ni preocupaciones y se armaban batallas memorables hoy añoradas por muchos o escapadas que daban una estocada en la clasificación general como lo hizo el ciclista italiano Alfredo Binda en los primeros años del Giro o Fausto Coppi y Gino Bartali en la mitad del siglo XX.
La última semana tendrá tres finales en alto antes de la contrarreloj final: Anterselva, San Martino di Castrozza y el penúltimo día en Monte Avena, final de una difícil etapa: 193 kilómetros, que asciende Campo, Rolle y Manghen antes de subir el Croce d’Aune. La edición 102 del Giro bajará el telón, el 2 de junio en Verona, con otra prueba contra el reloj. Esta vez será de 16 kilómetros con final en la Arena y un ascenso a Torricelle, donde el español Óscar Freire se impuso en el Mundial de Ciclismo en 2004. Por ahora el segundero del reloj que marca el inicio de la primera grande del año continúa su cuenta regresiva sin parar y muchos siguen a la espera de que los grandes favoritos inicien esa lucha codo a codo, por la ‘maglia rosa’.