Prensa Mindeporte
Bogotá, 17 de abril de 2020. Trece años pueden ser eternos o un simple suspiro, todo depende de cómo se miren, de cómo se vivan. Para Sara Vargas han sido un pestañeo, con emociones, alegrías y mucho coraje. Aunque nació con acondroplasia ?? un trastorno genético que afecta el crecimiento óseo ?? nunca ha dejado que ninguna barrera entorpezca su caminar.
Desde muy pequeña encontró en el agua el ambiente predilecto para empezar a soñar. Aprendió a nadar a los cinco años. Su hermana, Ana Gabriela, quien competía en el alto rendimiento, fue la responsable de enseñarle las bases para moverse con confianza dentro de una piscina. Desde entonces, esta se ha convertido en su segundo hogar.
Tras mudarse a Bogotá, encontró una serie de posibilidades para rendir a nivel paralímpico. De la mano de su entrenador Stevens Ruiz fue puliéndose, encontrando su mejor nivel. Encaminada empezó a soñar en grande: los Juegos Paralímpicos. Esa se convirtió en su obsesión, pero sabe que para cumplir su anhelo debe ir paso a paso.
Así lo ha hecho, internacionalmente ha competido como si su experiencia dentro del agua fuera amplia. Sus resultados han sido sobresalientes, siempre entre los primeros. En la Serie Mundial de para natación abrió los ojos de muchos, en los Juegos Para panamericanos de Lima 2019, hizo que todo un país sonriera con su calidad.
Su personalidad y carácter la han llevado a lo más alto. Se vislumbra como una figura de la natación paralímpica, en la categoría s6, en el país parece no tener rival y a nivel internacional su nivel está comparado con el de los mejores. Solo tiene 13 años y sus virtudes, entrega, pasión y resiliencia la están llevando a tocar el cielo con las manos.