El Presidente Santos le entregó el pabellón al representante de la delegación nacional en los Panamericanos
Prensa Coldeportes
No sólo han llegado los títulos y reconocimientos. También las sorpresas para Miguel Ángel Rodríguez. Las más recientes confirman un semestre de ensueño para el squashista colombiano. Primero lo nombraron abanderado de la delegación nacional para los Panamericanos y luego el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, le confesó que practicó con intensidad su deporte.
Tan emocionado como nervioso, el deportista recibió del primer mandatario el pabellón nacional este miércoles en el Palacio de Nariño. El compromiso es uno solo: mejorar en Toronto el desempeño de hace cuatros en Guadalajara, cuando se lograron 24 medallas doradas, una decena más de las alcanzadas en Rio 2007.
"Cuando viví en Inglaterra, jugaba todos los días squash, pero después de una gripa fuerte, el médico me prohibió hacerlo con intensidad. Me había vuelto adicto al deporte. Uno produce unas endorfinas que el cuerpo le pide y si no se las da, es como la adicción al chocolate, pero qué buena adicción y todavía la tengo", reconoció el Presidente Santos ante los deportistas y demás asistentes al acto celebrado en el Salón de Gobelinos.
El gobernante de Colombia igualmente les planteó un reto a los atletas: "Superar lo que hicimos hace cuatro años". "Estoy seguro de que lo vamos a hacer. Y ustedes llegarán aquí llenos de triunfos porque en estos cuatro años también hemos visto cómo hemos evolucionado", agregó de cara a las justas que se celebrarán del 10 al 26 de julio en Canadá.
"Es una gran responsabilidad la que tenemos, pero los deportistas colombianos estamos acostumbrados a grandes retos y a no ser inferior a ellos", le respondió Rodríguez, quien no recuerda si soñó primero estar entre los cuatro mejores del mundo o llevar la bandera del país en un certamen internacional.
Para el deportista de 29 años, "son dos cosas distintas, pero igual de significativas. Ser el mejor latinoamericano del ránking en toda la historia es importante y ni hablar de lo que representa convertirse en el estandarte de la delegación y más en Panamericanos porque es la máxima justa para el squash, al no ser deporte olímpico".
Sobre su elección como abanderado, admitió que fue sorpresiva al estar nominado "entre grandes competidores, deportistas de alto rendimiento, medallistas olímpicos", pero considera que su nombre inclinó la balanza por "este primer semestre, el mejor de toda la carrera, en el que se lograron dos semifinales en Grand Slam y el título en Detroit".
"Tuvieron en cuenta todo el proceso para ser el capitán de esta delegación. Soy campeón desde Bolivarianos, incluyendo Juegos Mundiales y puedo ser el mejor deportista de pelota en la actualidad, algo que me ilusiona para seguir difundiendo más el squash en el país y Latinoamérica".
Su legado ya se nota. Y Santos Calderón es el primero en reconocerlo. "No he podido volver a jugar, pero gozo cada uno de sus triunfos como si fuera mío", le confesó el Presidente a Rodríguez, que en gesto de agradecimiento lo invitó a disputar un partido. Será al regreso de Toronto. El squashista se esforzará como si fuera por el oro. Todo por una razón: "Hay que hacerlo correr al máximo para sacarle tanto estrés que maneja".