El programa Deporte, Convivencia y Paz de Coldeportes ratifica su compromiso con el posconflicto en Colombia
Prensa Coldeportes
Luego de la firma del acuerdo entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc en La Habana, el programa de Coldeportes, Deporte, Convivencia y Paz, fortalece su compromiso con los más de 5.000 niños, niñas y adolescentes que han sido beneficiados durante el año 2016 en 95 territorios pertenecientes a 22 departamentos.
La Cancillería, a través de su Plan Fronteras para la Prosperidad y el Grupo Internacional de Paz, encontró a dos aliados estratégicos que se la juegan por un país en paz, que le permiten al programa abarcar una considerable parte del territorio nacional. Historias como la de Ragonvalia permiten seguir soñando.
Según Luis Antonio Albarracín, habitante de esta región en Norte de Santander, la causa para que la mayoría de los visitantes que llegan hasta ese municipio no quieran irse es la hospitalidad y cariño que expresa su gente.
"Este es un lugar que atrae por sus paisajes, montañas y también por su gastronomía", dijo Albarracín, quién además de ser un enamorado de Ragonvalia es el gestor territorial formativo del programa Deporte, Convivencia y Paz de Coldeportes, que trabaja desde hace cuatro años en esta población cercana a la frontera con Venezuela.
Es por eso que Luis Antonio se la juega por la paz y ejerce su rol como gestor territorial formativo de 87 niños, niñas y adolescentes del casco urbano de Ragonvalia y su sector rural, además de cumplir con su trabajo en el campo de la construcción. "Son 50 los participantes activos del programa y 37 los que acuden como asistentes. Algunos de ellos son venezolanos", afirmó Albarracín.
Deporte, Convivencia y Paz trabaja dos tipos de actividades con los beneficiarios de Ragonvalia y de todo el país: las lúdico-formativas y las deportivas. Estas se elaboran y ejecutan de acuerdo con las necesidades, fortalezas y sobre todo con las realidades que se viven en cada uno de los territorios. En el caso del municipio nortesantandereano, las lúdico-formativas van encaminadas al cuidado del medio ambiente y la apropiación del entorno por parte de los beneficiarios.
"Se hacen caminatas por la quebrada, subimos algunos montes y les explicamos a nuestros pequeños la importancia de cuidar los árboles, las canchas y su entorno en general", relató el gestor, y agregó que en las actividades deportivas se practican disciplinas de conjunto como el fútbol o voleibol para que valoren el trabajo en equipo.
"Hay chicos que vienen de veredas ubicadas en el sector rural del municipio. Atraviesan trochas y caminos y se van llamando los unos a los otros de casa en casa. Es algo hermoso", indicó. Dejó entrever que "eso se convierte en motivación para trabajar por la paz de este país, para lograr grandes cambios a través de pequeñas cosas como un vocabulario sin groserías, la puntualidad y adquirir una impecable presentación. En definitiva, queremos que ellos se den cuenta de que llegó la hora de vivir en un país diferente, en una Colombia en paz".