70 campistas caldenses hacen parte del grupo que coordina Fabian Bedoya, participan por estos días en el Encuentro Nacional de Campamentos Juveniles en La Guajira.
PRENSA MINDEPORTE
9 de octubre de 2019, Dibulla, La Guajira. Fabián Bedoya, líder voluntario del departamento de Caldas, lleva 20 años en el programa Campamentos Juveniles, que lidera el Ministerio del Deporte. Entró cuando tenía 11 años y la violencia afectaba a su departamento. Los jóvenes teníamos tres opciones en ese tiempo: hacer parte de la guerrilla, de los paramilitares o del ejército. Pero yo decidí apostarle a la recreación y al programa, así comienza su historia Bedoya.
"Soy de uno de los barrios más pobres de Samaná, a mi papá lo mataron los paramilitares cuando yo era pequeño, mi mamá tenía 28 años y siete hijos. Comencé vendiendo chorizos en el pueblo, luego me fui para Manizales con ganas de estudiar y de salir adelante. A todos mis amigos de infancia los mató la guerra, si yo no hubiera luchado, trabajado y estudiado, seguramente estaría en algún grupo subversivo o estaría muerto", cuenta Fabián.
Siempre quiso trabajar con jóvenes y se enfocó en eso, ingresó al grupo de Campamentos Juveniles porque creía en la recreación y en que ese era el mejor camino, hoy lo ratifica. "Creo en ellos, lucho por arrebatarle todos los días niños y jóvenes a la violencia y a la drogadicción. Campamentos Juveniles no le da medallas a Colombia pero si le da buenos seres humanos a nuestro país", puntualiza.
Como líder campista de su comunidad comenzó a trabajar en la Jefatura Regional de Recreación en Caldas, Quindío, Risaralda y Antioquia, y luego fue Jefe de la Unidad de la Juventud de la Administración Municipal de Samaná. Junto con un amigo creó un proyecto para desarrollar temas sociales llamado "Banco de Valores Humanos", una estrategia que buscaba retomar los valores que tanto se han perdido en la sociedad como el respeto, la tolerancia, la resiliencia, el trabajo en equipo, con actividades lúdicas, recreativas, deportivas y artísticas.
"Llegamos a los barrios más vulnerables en cuanto a drogadicción, microtráfico y pandillismo, invitábamos a los jóvenes de los parques a jugar con nosotros, luego les enseñábamos a comprar crispetas o dulces con billetes que no tenían valor monetario sino un valor cualitativo escrito, por ejemplo, si ellos aprendían el significado del perdón podían cambiar ese billete simbólico por algún alimento. También llevamos cine y otro tipo de actividades". Esta estrategia fue presentada ante la Organización Panamericana de la Salud y ganó un premio en medio de 600 proyectos de todo el mundo que se presentaron.
"El valor más grande que yo les puedo dejar a los jóvenes es enseñarles lo que significa el crecimiento personal, el voluntariado y el liderazgo, uno de los ejes temáticos de Campamentos Juveniles. Nosotros les mostramos cómo construir su proyecto de vida, los impulsamos, les inculcamos el estudio, les demostramos que la pobreza es mental".
Campamentos Juveniles le dejó, en lo personal, muchos valores, comenta con alegría, "aprendí a respetar, valorar y compartir con todos los seres humanos, no importa la raza, el sexo o el color, acá aprendemos a crecer como familia. La disciplina que nos enseñan nos ayuda a creer en nosotros mismos, a proyectarnos como líderes de nuestra comunidad. Campamentos Juveniles es un programa incluyente, les abrimos las puertas y el corazón a todos los adolescentes de Colombia, queremos que vengan, conozcan, participen y se enamoren de este estilo de vida", finalizó.