Este viernes termina en Bogotá la capacitación de Coldeportes para promotores y monitores de las zonas veredales
Prensa Coldeportes
No era un jueves santo más. En su casa de Puerto Asís intentaba descansar, pero las noticias provenientes desde Mocoa, donde la tragedia aún permanece latente, lo mantenían perturbado. Hasta que una llamada le cambió por completo el semblante. Al otro lado de la línea, le informaban que había sido aceptado para trabajar en las Zonas Veredales de Transición y Normalización (ZVTN).
La noticia trajo una dicha adicional: era esperado desde el lunes pasado en Bogotá para comenzar al día siguiente la capacitación que ofrece Coldeportes a promotores y monitores para que, a través del deporte, la actividad física y la recreación, les permitan a los exmilitantes de las FARC, integrarse y reincorporarse a la sociedad, en el marco de implementación de los acuerdos de paz.
"Qué más motivación que ser parte de algo tan nuevo para nosotros los colombianos como es un país sin guerra", dice emocionado Cristian Portilla, profesional en deporte y actividad física, egresado de la Escuela Nacional.
A sus 31 años, ha sido testigo directo del flagelo del conflicto armado. Pero ni se preocupa en recordarlo porque tiene un principio con el que afronta cualquier tropiezo. "Se tiene que seguir hacia adelante, de nada sirve mirar atrás porque la vida continúa", afirma convencido.
Eso mismo les dice a los damnificados de la tragedia invernal que dejó centenares de víctimas en Mocoa hace apenas semanas.
"La vida da muchas oportunidades y para los habitantes del departamento del Putumayo, que hemos sufrido el flagelo de la guerra y ahora con esto de la avalancha, les insisto que por más dificultades que tengamos, no podemos retroceder", dice Cristian con firmeza, la que necesitan sus coterráneos para resurgir.
Su entusiasmo por este nuevo reto como promotor se nota en la activa participación en la capacitación que continuó este jueves con charlas teórico-prácticas en actividad física y recreación. Intervino, hizo los ejercicios con ánimo y hasta bromeó con sus compañeros. Es que entiende que una sonrisa también desarma.
Así espera ponerlo en práctica en La Carmelita, donde está una de las zonas veredales. Una verdadera travesía le espera, la cual relata con vigor: "De Puerto Asís salgo en moto, luego de media hora llego a un lugar para atravesar un brazo del río Putumayo en ferry. Después se retoma el camino en moto hacia el corregimiento de Puerto Vega, para luego pasar por varios caceríos y veredas como Campo Vella y tras dos horas, llegar a La Carmelita".
Ahí no termina todo. De hecho, empieza una experiencia nueva. "De ahí, hay que seguir desplazándose, adentrarse. Es una ruta de inmersión desconocida. Me acerqué bastante, pero todo está por conocerse y junto a los dos monitores, trabajaremos de la mejor manera", advierte con esperanza.
Como docente que es, Cristian está preparado para encontrar resistencia inicial, incluso hostilidad, pero ha estudiado tanto el conflicto, que ya sabe, por ejemplo, que "en ese entorno hay personas profesionales, muy bien preparadas en todas las ramas, como a su vez analfabetas. Un universo de contrastes, pero seguramente dispuesto al cambio".
"Es un reto para todos, comenzando por el Presidente Juan Manuel Santos, quien fue el que dio el primer paso para que esto salga bien", resalta Cristian, que hoy más que nunca cree que "la inclusión de esas personas está más en lo social y deportivo".
Este viernes ya emprende el regreso hacia Puerto Asís. De nuevo a la realidad, pero llegará siendo otro tras la capacitación. Y es que dentro de tanto que aprendió, se propuso una misión desde el primer día que pise la zona veredal hasta el último. "Que no sean discriminados ni rechazados", es su mayor anhelo y por eso tiene a Coldeportes como aliado. Y tres armas poderosas: "El deporte, la actividad física y la recreación les abrirán las puertas a la inclusión". Que así sea.