El canadiense es considerado el mejor jugador del mundo de esta disciplina, que por estos días se da cita en Cali por las Copas América BSR.
Prensa Coldeportes
Los asistentes al Coliseo Evangelista Mora en la capital vallecaucana aprovecharon el final del partido entre Argentina y Canadá para tomarse la infaltable fotografía, y cómo no aprovechar la presencia del mejor jugador del mundo en baloncesto en silla de ruedas, una leyenda que acogió con cariño a quienes le pedían dejar grabado ese momento, y donde el idioma no fue impedimento.
Así es Patrick, un gigante lleno de carisma que ha visto en su discapacidad física una fortaleza para lograr desde el deporte cambiar la vida de quienes comparten con él, y ven en su historia una motivación para siempre salir adelante. Como lo hizo después de que su vida cambiara completamente cuando era tan solo un niño: "Cuando tenía 9 años tuve un accidente automovilístico, pero tuve suerte porque a los 10 años inicié en el deporte y me siento orgulloso de representar a Canadá". (Escuchar audio)
Ese accidente cambió la vida del canadiense, cuando un conductor ebrio lo llevó a que perdiera sus dos piernas por debajo de la rodilla, pero no le arrebató sus sueños de seguir adelante, y un año después encontró en el deporte la manera de ser más grande de lo que alcanza a imaginar el medallista paralímpico de oro.
Hoy con 38 años es una leyenda, y llegó a Cali a representar una vez al rojo y blanco de los colores de su Canadá amada, en esta oportunidad en las Copas América de Baloncesto en Silla de Ruedas, en un verdadero espectáculo donde 10 países dejan todo en la cancha y le regalan al público durante 4 tiempos, cada uno de 10 minutos, un derroche de talento, fuerza y coraje porque no hay limitación más que la que nosotros mismos nos ponemos.
"Es un honor ser considerado el mejor jugador del mundo. Gracias a eso he podido demostrar que una persona con discapacidad puede realizar mucho más", así, con humildad responde Patrick, quien no se cansa de repetir que ha sido afortunado cuando a los 10 años el baloncesto llegó a su vida.