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Bogotá, 20 de noviembre de 2019. Mireya Sánchez Palacios es una bogotana que desde muy pequeña empezó a patinar, gracias a que en el colegio Liceo Vals le inculcaron el amor por el deporte. Ella se encaminó en la gimnasia y el patinaje, pero cuando le tocó decidir se quedó con el patinaje artístico.
"A los 8 años me empezó a gustar el patinaje artístico por su complejidad. Es un deporte en el que todos los días se aprende algo nuevo, todos los días se tiene un nuevo reto por cumplir", dice Mireya mientras mira a la pista donde se llevaron a cabo las competencias.
Si le preguntan ¿qué es el patinaje artístico? ella manifiesta: "para mí estar en la pista es algo especial, no es para obtener un resultado, es la sensación que se tiene por lo que se puede interpretar y transmitir al público y a los jueces, eso es lo que significa para mí el patinaje".
Pero no todo es patinaje en la vida de Mireya, actualmente estudia contaduría y es analista contable de la Comunidad Franciscana. Vive con su pareja desde hace dos años, por el momento no tiene pensado tener hijos, tal vez en el futuro, porque aún hay mucho qué hacer en el deporte. "Si algún día llego a tener hijos, y les llegara a gustar patinar, que lo hagan, pero que lo lleven en el corazón, porque el patinaje se lleva en el alma", advierte.
Su vida de niña y juventud la pasó en la localidad de Kennedy. Allí tenía cerca el coliseo Cayetano Cañizares, donde entrenaba con el profesor José Vicente Cañón, pero un día sus padres y su hermano decidieron que debía ir a entrenador a otro sitio. Se fue para el norte de Bogotá y todos los días le tocaba atravesar la ciudad para llegar al entrenamiento, llegaba cansada y aun así, en casa le esperaba otra actividad: hacer las tareas.
En el patinaje hace pareja con Leonardo Parrado desde hace dos años. Aunque es poco tiempo porque todos los días se aprende y perfecciona algo. Empezaron a trabajar cuando Leonardo la llamó tras un año por fiera del as pistas para Mireya.
El deporte, además de su estilo de vida, también la tranquiliza. Cuando quiere salir de la monotonía o del estrés y las congestiones. Cada vez que patina en el escenario sale renovada para sus demás actividades.