Colombia venció este sábado a Ruanda en un juego de exhibición de voleibol sentado, al que asistió el presidente Santos
Prensa Coldeportes
Era desafío por donde se lo mirara. Por primera vez vestía la camiseta de la selección nacional. Al frente estaba un equipo con presencia paralímpica, pero tal vez el mayor reto no se situaba en el rival sino a su lado. Compartir camerino con alguien a quien combatió en el pasado y cuyo grupo armado le dejó en situación de discapacidad, era más que una tarea para superar.
Y aunque no gusta de las ventajas, Gabriel Chávez contó con ella. Tuvo apoyo de sobra en semejante contienda. El Palacio de los Deportes en Bogotá a reventar y el aliento del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, resultaron fundamentales para que el 1 de octubre de 2016 sea una fecha imborrable en su memoria. Triunfo sobre Ruanda en el partido amistoso de voleibol sentado y lo mejor, se abrazó con alguien que sin brazos, dejó de ser su victimario para convertirse en compañero de júbilo.
Carlos Palacios, exguerrillero que perdió buena parte de sus miembros superiores al maniobrar explosivos, fue el complemento del festejo. Y es que más allá de la victoria sobre la primera selección africana en clasificar a unos Juegos Paralímpicos (en Londres 2012), el mérito estuvo en la reconciliación sellada gracias al ‘Partido de la Historia y la Paz’ celebrado en la capital colombiana.
"Esta experiencia me favoreció mucho porque quería estar cerca de alguien que estuvo por tantos años en el otro bando y al poderlo hacer, uno trata de salirse del rencor y perdona. No es fácil, pero este es un gran paso", advierte Chávez, el soldado profesional en retiro, a quien una mina antipersona lo dejó sin pierna izquierda hace tres años y medio en Guayabal, Caquetá. (Escuchar audio)
Ese fue el mejor mensaje y desde ya legado que dejó el encuentro. Y qué mejor que los ruandeses para certificarlo. A comienzos de los 90 vivieron una guerra civil que en cuatro años dejó como saldo un millón de víctimas mortales. Ahora, los hutus y tutsis que se enfrentaron en un mar de sangre, defienden los mismos colores. Son uno solo.
"Él era mi enemigo y tal vez fue quien me disparó en la pierna que perdí, pero ahora estamos juntos para construir nuestro país", le contó al presidente Santos Dominique Bizimana, exintegrante del grupo rebelde durante el genocidio en la nación africana, sobre Jean Rokundo, que pretendió su exterminio y con el que tiene tanta afinidad ahora, que calientan juntos en el peloteo y son parte de la nómina titular.
De la devastación a la esperanza. Esa fue la transformación que vivió Ruanda y en también aplica en la vida de Chávez gracias al deporte. "Psicológicamente me ha ayudado mucho el voleibol sentado, que empecé a practicar seis meses después del accidente. Me ha dado estabilidad con la familia, los amigos y, sobre todo, a salir del trance de la guerra", relata el militar, plata en los Juegos Paranacionales de 2015 con Antioquia.
Este sábado también recibió medalla. Del honor. Se las entregará a su esposa e hija de dos años, impulsoras del cambio bien llamado renacer. El propio presidente Santos que lo condecoró, aparte de destacar su espíritu superación, resaltó la importancia del encuentro. "Este ejemplo que nos dan nuestros amigos ruandeses, que superaron una guerra cruel, nos impulsa para hacer lo mismo en Colombia y trabajar fuerte por la paz. Aprópiense de ella porque no es mía ni de ustedes, es de Colombia entera", exclamó el primer mandatario.
En ese espacio reducido de 10 metros por 6 y una malla de por medio, lo deportivo resultó secundario, aunque bastante meritorio. Colombia, que apenas completó semanas de entrenamiento, remontó para llevarse el encuentro. Después de perder el primer set 18-16, se llevó el segundo para forzar el tercero, en el que se impuso 5-3.
"Nos alegró mucho la victoria, pero mucho más ver cómo a través del deporte se puede transformar un país. Con el ejemplo nos es más fácil asimilar y esta experiencia de reconciliación de Ruanda nos enseña que un país unido y en paz, progresa", destacó Afranio Restrepo, subdirector de Coldeportes, que representó a la casa del deporte colombiano en el acto. (Escuchar audio)
Emotivo hasta donde más fue lo vivido este sábado y más por el momento que afronta el país. El mensaje caló profundo. Y hasta se hizo canción en la voz del artista César López, que en su presentación entre el primer y segundo set, invitó al perdón. "Hay un espejo en tu enemigo y al verte, puedes perdonar", entonó. Tuvo eco en las tribunas, pero el abrazo entre Chávez y Palacios en la cancha terminó de ratificarlo.