El Consejo Nacional Electoral y la Registraduría celebraron el Día del Nuevo Ciudadano
Prensa Coldeportes
Los nervios estaban a flor de piel. El movimiento constante de sus piernas así lo demostraban. Ya dejaba de ser un niño. Era, al igual que sus competencias, un nuevo reto, estaba vez para el resto de su vida.
"Siempre me ponen mucho problema para salir del país a las competencias", indicó Óscar Tigreros, que este viernes fue invitado especial en la celebración del Día del Nuevo Ciudadano en las instalaciones del Consejo Nacional Electoral.
Su contextura gruesa, corpulenta, típica del luchador que es, no dejaba muy al descubierto su edad. Solo bastó su intervención ante el auditorio para detectar que aún está en proceso de crecimiento, pues su voz sigue siendo de niño.
En las lonas en las que ha representado a Colombia el documento de identidad ha sido lo de menos. Es campeón departamental, nacional, suramericano, centroamericano y panamericano. "Solo me falta ganar en los Olímpicos, ese es el próximo reto", afirmó Tigreros, que repasaba una y otra vez el número de su nueva cédula. "Ya podré viajar sin problema", dijo emocionado. Y el destino internacional anhelado es Rio de Janeiro el próximo año.
"Esperamos que los logros que ha obtenido Óscar sigan siendo la constante ahora que es oficialmente ciudadano colombiano. En el deporte, la cédula de ciudadanía son las medallas y los títulos", expresó Andrés Botero Phillipsbourne, director de Coldeportes, que también asistió al evento en calidad de padrino del deportista.
Ahora, con su cédula de Buga, Tigreros intentará darle más alegrías a Colombia en la lucha, un deporte en el que ya sabe lo que es ganar y perder, de hecho en su intervención dejó claro que no ha podido superar la medalla de bronce que perdió el año pasado en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Nanjing.
"Iba ganando y faltaban 13 segundos. Al final me empataron y en la decisión perdí contra el rival de Turquía. El podio se me fue por celebrar antes de tiempo", comentó el vallecaucano, que espera superar con creces las medallas que hasta el momento ha obtenido en tierras extranjeras, más ahora que puede viajar de un país a otro sin la firma y autorización expresa de sus padres.