Su estatura nunca ha sido un problema en el baloncesto. Así lo demuestra en los Juegos
Prensa Coldeportes
Las canchas son su mundo, sentir la adrenalina al correr en medio de sus rivales y celebrar cada canasta como suya, son solo algunas de las sensaciones que despierta en Nora María Montoya jugar baloncesto, un deporte que lleva en la sangre y en la cabeza día a día.
Con tan sólo metro y 60 centímetros de estatura, es uno de los pequeños motores que impulsa a la delegación de Nariño en cada juego que disputan. Y es que su talla nunca ha sido un obstáculo para ella. A pesar de no ser la más alta, se destaca por otras habilidades que son fundamentales para la delegación como su velocidad y reflejos, lo que le permitió ser la armadora del equipo.
"Nunca me siento pequeña, al saltar a la cancha me veo igual que las demás, pero en el fondo sé como me ven ellas y eso me hace esforzarme más y dar lo mejor en cada partido, igual todas hacemos parte un complemento a la hora de jugar", afirma.
Precisamente, esa incansable lucha fue la que le permitió en definitiva obtener un cupo en la delegación durante las pruebas en su querido Tumaco, para la convocatoria de los Juegos del Litoral Pacífico.
La ‘Pulga, como le dicen sus compañeras, estudia ingeniería industrial y combina su amor por el deporte con la carrera universitaria que cursa, a tal punto que ve en cada juego reflejadas las figuras y fórmulas que hace en sus cuadernos. Al salir de clase su mejor plan para terminar el día es ir a entrenar, algo que sin duda la relaja y llena de vida.
"El baloncesto es mi vida, mi forma de pensar y sentir el mundo, sin importar donde esté y lo que haga. Siempre jugaré, no voy a dejar a un lado lo que me motiva día a día y a los grandes amigos que he conseguido durante los 10 años que he practicado baloncesto", dice Norma mientras toma la pelota naranja en sus manos.
Por ahora solo quiere dejar una buena impresión y mostrar que está hecha para cosas más grandes. Su sueño es poder representar a su región en todos los juegos posibles y demostrarle al mundo que cuando la gente se propone las cosas y se esmera, puede lograr lo que para muchos es imposible.