Un canino de servicio acompañó a este atleta, medallista de bronce en la prueba contrarreloj del paracycling, categoría H-5
PRENSA MINDEPORTE
Cartagena, noviembre 21 de 2019.- Se resguardaba a la sombra del inclemente sol y la alta temperatura. El box de Cundinamarca era adrenalina pura. Algunos deportistas ya calentaban en rodillos, la fisioterapeuta asistía a otros y varios alistaban sus bicicletas, pero Neón ni se inmutaba. La calma vino a desaparecer cuando escuchó la voz de su amo y se le abalanzó, con lengüetazos incluidos.
Mejor motivación no pudo tener Helman Román Torres para la contrarreloj individual, categoría H-5, que se corrió este jueves en la mañana en el paracycling de los Juegos. Su canino de servicio lo acompañó, como desde hace 10 años cuando sobrevivió a un ataque en la guerra de Afganistán, en uno de los momentos más emotivos de su vida.
En sus primeros Paranacionales se colgó la medalla de bronce. Triunfo familiar. En línea de meta, en el sector de Las Ramblas de Cartagena, además del siberiano, estaban su esposa Jenny e hija. Todos fundidos en un mismo abrazo. Unidos por el deporte, el que también terminó de darle sentido al existir de este veterano de guerra que nació hace 51 años en Bogotá y desde los 17 se fue a vivir a Estados Unidos.
"Desde hace dos años volvimos a Colombia y como mi esposo ha practicado el remo y el handcycle, era fundamental en su proceso que siguiera haciéndolo y en este último, la liga de Cundinamarca le ofreció todas las garantías para que compitiera y eso nos convoca cada fin de semana. Hemos armado una familia", cuenta emocionada Jenny Brizneda, la novia de adolescencia y cuyas vidas vinieron a unirse tres décadas después.
Neón también ha afianzado su relación. Por eso fue el eje del festejo. Es compañero de Helman "desde que era cachorrito, de tres meses, y ha sido y es un soporte emocional tremendo". "Mientras me rehabilitaba de las heridas que tuve en la guerra, la perspectiva de la vida no estaba clara, pero este animalito con su silencio y amor me ayudaron muchísimo", recuerda el sargento segundo de la US Army, mientras acaricia a su perro de servicio, condición que les permite viajar juntos sin restricción alguna.
Helman tampoco conoce de límites. Un día soñó con disputar unos Paralímpicos y lo cumplió en Rio 2016, al competir con Estados Unidos en remo. Ahora anhelaba estar en la fiesta multideportiva más importante de Colombia y lo celebra con una medalla que, para el atleta y su compañero incondicional, tuvo una razón común: Coco, una golden retriever que llegó al tiempo con el siberiano y hace un mes los dejó. El bronce también va por ella.