Prensa Coldeportes
El Mundial de Pelota a Mano se ha convertido no solo en una experiencia deportiva para los colombianos, sino también en la oportunidad de aprender de diferentes culturas, sus hábitos, conocimientos y experiencias.
Este es el caso de los traductores, jóvenes estudiantes que día a día comparten con las delegaciones que no son hispanoparlantes, como Bélgica, Holanda, Francia, Inglaterra, Italia, entre otros. Para ellos esta ocasión es perfecta para poder estar más cerca de personas que pueden expandir su conocimiento y leguaje.
Es por eso que, para Santiago Araujo, estudiante de licenciatura en inglés de la Universidad de Nariño y traductor de Francia, esta experiencia marcó su vida y ha hecho que se enamoré aún más de su carrera. "Para mí es muy enriquecedor poder aprender directamente de las personas que manejan el idioma, no es igual aprender de un profesor colombiano que de una persona originaria de Francia. Además, esta oportunidad me demuestra que lo que estoy estudiando vale la pena y es necesario aprender una segunda lengua para poder comunicarte en el mundo". (Escuchar audio)
Y es que el trabajo de estos jóvenes comienza desde muy temprano, son los primeros en llegar al hotel donde se quedan las selecciones, las acompañan durante el día, tanto en competencias como en las actividades fuera de ellas, y son incluso guías turísticos. Esto ha hecho que para muchos equipos ellos se conviertan en parte de la "familia".
Lizza Villota es la segunda traductora de Francia y cree que este Mundial la motiva a conocer más, aprender de otras culturas y querer viajar por el mundo. "Conocer como ellos viven, sus costumbres, su sentido de responsabilidad, son cosas que te van moldeando poco a poco y te hacen ver la gran diferencia que hay entre los dos países; es claro que nosotros también hacemos todo lo que está en nuestras manos para hacer quedar bien a Colombia y demostrarles lo bonito de la gente de acá". (Escuchar audio)
La receptividad de los jugadores con estos jóvenes ha sido tan fuerte que son considerados como hermanos, y es así como se sienten Santiago y Lizza cada vez que dialogan, comen o simplemente los apoyan durante las competencias.
Este también es el caso de Alejandra Urbano y Ánderzon Martínez, intérpretes de Bélgica. Desde que los llamaron para trabajar en el Mundial su emoción fue notoria, la oportunidad de compartir con los países participantes era algo que no esperaban, y aunque no sabían con quién iban a estar, el simple hecho de tener ese reconocimiento por su alto nivel de inglés y francés en la universidad, los llenaba de felicidad.
Ánderzon tiene claro que es un privilegio y un orgullo poder estar en el torneo al lado de personas que más que deportistas son seres humanos increíbles. Su cultura, la forma de comportarse, su puntualidad son cosas que día a día estos dos universitarios aprenden al lado de los belgas y que según ellos no tiene precio.
La unión entre culturas es el punto más importante para Alejandra, poder intercambiar ideas es una de las cosas que más ha disfrutado durante estos días porque, aunque nadie se los dijo, estos jóvenes saben que la imagen del país está en sus manos.
