Prensa Coldeportes
Para las zancadas doradas de Caterine Ibargüen se requiere del impulso de una emprendedora. Mariana Pajón no surcaría los aires sobre su bicicleta sin la visión empresarial que distingue a las gerentes. Los puños de Íngrit Valencia carecerían de impacto de no mediar el ímpetu de madre por sacar adelante a un hijo. El espíritu de lucha, propio de cualquier líder, le da siempre a Yuri Alvear la llave precisa para imponerse en el tatami. Su luz interior le permite a Maritza Arango sobreponerse a las limitaciones físicas para exponer lo mejor de sus capacidades en la pista.
Detrás de cada mujer, hay un logro o propósito como razón de vida. Nada es en vano ni mucho menos producto del azar. Verlas sonrientes, triunfadoras, con un metal brillando en su pecho aparte de reconocer el esfuerzo y la dedicación, también es la fiel representación de la esencia de ser colombiana: disciplina, pasión y éxito.
El ejemplo siempre empieza por casa y a la del deporte colombiano llegó una mujer para impulsar mucho más su rol e importancia en nuestra sociedad. Desde la gestora de Hábitos y Estilos de Vida Saludable que promueve la actividad física, la joven campista que encuentra en la recreación el espacio para propagar valores, la abuela que gracias a Nuevo Comienzo pudo conocer el mar, o la joven que por ser campeona de Supérate Intercolegiados escoge su carrera universitaria, en Coldeportes se trabaja y piensa en ellas. Es un lema hecho compromiso por Clara Luz Roldán González.
Todos los programas las incluyen y destacan, pero lo de menos es enumerarlos y reflejar sus cifras de participación en aumento. No se trata de estadísticas, mucho menos es una cuestión de género, simplemente es la promoción y apoyo hacia esas heroínas, sean campeonas mundiales, medallistas olímpicas o simplemente deportistas aficionadas, cuyo empeño innegociable y superación constante las convierten en verdaderos ejemplos.
Como directora de Coldeportes, Roldán ya vio nacer la Liga Femenina del Fútbol Profesional Colombiano y acaba de ser testigo de otro hecho no menos histórico: la presencia de Tatiana Calderón en la Fórmula Uno como piloto de desarrollo de la escudería Sauber. Casualidad se podrán preguntar algunos. Más bien es la consecuencia de darle a la mujer no tanto el espacio, sino las oportunidades que se merece.
Ya el triunfo las cobija. Y vendrán muchas más satisfacciones. El país las necesita, sin duda, pero al margen de los resultados, ya hay algo ganado por todas aquellas que, sin importar su profesión, oficio, cargo o desempeño, siempre lo dan todo y algo más en pro de sus sueños. El podio eterno de la admiración y el respeto les pertenece.
¡Feliz día!