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Pereira, 23 de noviembre de 2024. Pereira, la noche y la lluvia. El frío arrecia en las piscinas de la Villa Deportiva, donde se realizan las competencias de natación carreras. En medio de una llovizna constante, de esas que parecen interminables, Juan Diego Núñez aparece vestido con la sudadera de Norte de Santander, tullido por el clima, pero enfocado en una sola tarea: grabar la competencia de sus compañeros en la prueba de relevos 4x100m.

Foto: El atleta Juan Diego Nuñez graba a sus compañeros en el momento de la competencia.
Más allá de las medallas, los

"Hicimos un acuerdo, que ellos me grababan en competencia y yo a ellos", dice con tranquilidad, después de finalizada la carrera. El material es para quedarse con el recuerdo de su participación en un evento que ya es histórico al realizarse por primera vez en el país, por lo que el resultado pasa a un segundo plano. En cada uno se refleja la emoción por representar a su departamento en los Juegos Nacionales Juveniles.

En las gradas, los gritos de apoyo rompen el silencio de la noche, recordando que cada deportista lleva consigo no solo el sueño de una victoria personal, sino también la ilusión de todo un departamento. "La verdad, desde el año pasado, mi meta era competir por Norte de Santander en unos Juegos Nacionales, y, precisamente, se me abió la oportunidad de estar en los Juegos Nacionales Juveniles. Ahora, disfruto de cada momento con mis compañeros, con quienes uno se motiva para mejorar??, comenta con una sonrisa tímida pero sincera. ??Es súper, súper bacano estar acá en todo este ambiente. Una de las mejores experiencias que he vivido", añadió.  

Para Juan Diego Núñez, su celular es su herramienta para inmortalizar no solo los triunfos, sino también los instantes que definen lo que significa representar a su departamento. Su testimonio es el reflejo de cientos de historias que se entretejen en los Juegos Nacionales Juveniles, donde el verdadero triunfo radica en el esfuerzo compartido. "Me gusta pensar que cuando volvamos a casa y veamos estos videos, recordaremos lo que somos capaces de lograr juntos", confiesa mientras ajusta la sudadera para protegerse del frío.

Las pruebas avanzan y por como se disfruta en cada una de las carpas de las delegaciones, queda claro que el foco no está únicamente en los resultados. En cada rincón, desde las gradas hasta la zona de calentamiento, se siente el pulso de un evento histórico. Las sonrisas, los abrazos y las palabras de ánimo entre equipos rivales evidencian que estos juegos no solo construyen campeones, sino también conexiones humanas que trascienden las medallas.

En un país donde las diferencias suelen dividir, los Juegos Nacionales Juveniles son un recordatorio de que el deporte puede ser un puente para la unidad. En Pereira, bajo la lluvia persistente y la complicidad de la noche, se gesta algo más grande que una competencia: se forja el espíritu deportivo que será el futuro de Colombia.