Foto: Maryuri Echavarría es una joven que participa en la final nacional de los Juegos Intercolegiados.
Maryuri Echavarría, la sensaci
La delantera de la Institución Educativa de Promoción Agropecuaria ha anotado ocho goles en dos partidos y es una de las goleadoras del torneo que se lleva a cabo en Bogotá.
Prensa Mindeporte
Bogotá D.C. 28 de mayo de 2024. Ocho goles se dicen fácil, pero hacerlos en dos partidos catapultan a cualquiera. Ese es el palmarés de Maryuri Echavarría, una delantera hábil y talentosa de la Institución Educativa de Promoción Agropecuaria, de Arauca, quien en sus primeros dos compromisos en el torneo de fútbol femenino se ha convertido en una jugadora clave para que su colegio se posicione como uno de los mejores de la final nacional de los Juegos Intercolegiados 2023.
Tan solo mide 1.50 metros, pero la estatura pasa a un segundo plano con la calidad que la invade. El fútbol lo es todo para esta jugadora nacida en Puerto Jordán, municipio donde empezó a mostrar esas cualidades que hoy la tienen como la sensación de los juegos. "Combina muy bien sus destrezas, es rápida, tiene buena pegada y buena gambeta", dice su entrenador, Camilo García, quien también resalta esa disciplina con la que ha practicado este deporte.
Además, es una líder dentro del terreno de juego: sus indicaciones se toman a pie de la letra, defiende cuando debe hacerlo y sabe posicionarse bien en el frente de ataque cuando su equipo tiene el balón. Contrario a la seriedad que demuestra dentro de la cancha, por fuera es una mujer de risa fácil, con sus compañeras ha forjado una amistad sólida, algo que ha sido clave para el buen desempeño del equipo, que ha ganado sus primeros dos partidos con una diferencia de 13 goles a favor y apenas uno en contra.
Su amor por el fútbol comenzó desde los cinco años, cuando una tarde su mamá, Zaida Becerra le dijo que lo practicara, fue como el guiño que le hacía falta a una niña que desde pequeña siempre estuvo acompañada por un balón, le abrió las alas para demostrara ese gran talento innato que desde siempre le ha visto. Al fin y al cabo, ojo de mamá. Su primer gran profesor fue su hermano, Ómar, quien le enseñó las claves para pegarle bien al balón, tanto con el empeine, con el borde interno y externo.
Con los conocimientos básicos empezó a entrenar en San Cayetano, donde fue perfeccionando su destreza y, posteriormente, pasó a manos del profesor Camilo García, quien la ha ido puliendo en los aspectos tácticos del juego, además de potenciar su posición como delantera. Comenzó como punta y ahora juega como atacante en zonas derecha, izquierda y central.
Su talento parece inagotable y se ajusta muy bien al sueño que tiene: convertirse en futbolista profesional. Y esos primeros peldaños de esa gran escalera los está dando en la final nacional de los Juegos Intercolegiados 2023, un espacio para demostrar esas cualidades que la han posicionado como la sensación de Arauca en este campeonato.