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Foto: María de los Ángeles Jaramillo, en el primer día de la esgrima, le regaló al país la medalla de oro en la modalidad de espada.
María Jaramillo, la estudiante
La deportista María de los Ángeles Jaramillo fue la figura de la primera jornada de la esgrima en los XIX Juegos Bolivarianos.
Prensa Mindeporte
Valledupar, jueves 23 de junio de 2022. El himno nacional sonó en lo más alto del podio y el amarillo, azul y rojo brillaron más que nunca, gracias a María de los Ángeles Jaramillo, quien en el primer día de la esgrima le regaló al país la medalla de oro en la modalidad de espada.
Con apenas 20 años y su proceso como juvenil en desarrollo, la deportista radicada en el viejo continente dio la sorpresa y le entregó la alegría al país en una jornada en la que el calor fue protagonista y una temperatura de 33 grados hizo estragos en el físico de las competidoras.
Sobre las 3:30 de la tarde en el Club Campestre de la ciudad sede, se midió ante la peruana Luisa Doig a quien venció en un juego apretado por 15-13. "No me lo creo todavía, este es un sueño cumplido y estoy muy feliz por esta primera gran alegría", destacó la jugadora, quien tuvo que parar por varios minutos la competencia por un golpe de calor que no la estaba dejando respirar.
"Es una alegría grande entregarle esta medalla a Colombia, la verdad es que no la teníamos en los planes, no porque no se ha trabajado, sino porque ella es muy joven, pero eso al final le da mucho más valor", destacó el entrenador Juan Miguel Paz.
La deportista bugueña, quien está radicada en París, Francia, hace dos años, vive en territorio europeo con el propósito de tener un nivel de alta calidad, no solo en lo deportivo, sino también en lo académico.
"En el mes de septiembre seguiré mis estudios de marketing y comercio de ventas, me gusta porque te deja desarrollar muchas ideas. Quiero ser una deportista integral", resaltó María de los Ángeles, quien heredó el talento de su mamá.
Olga Quevedo, quien en su momento fue esgrimista destacada de la Selección Colombia, es su madre y quien le ha enseñado todos los secretos de esta disciplina. "Me enamoré de este deporte desde niña, tenía el mejor ejemplo en casa y creo que lo estoy demostrando. Quiero ser como ella y seguir logrando cosas grandes", resaltó la medallista dorada.
Aunque la natación quiso separarla de la espada nunca lo logró, en la sangre de la ganadora de la medalla de oro, está el ADN de su madre y este jueves lo demostró en los Juegos Bolivarianos de Valledupar.
