Foto: Camila Osorio avanzó a tercera ronda en París 2024
María Camila Osorio, a pura ma
La tenista colombiana avanzó a tercera ronda en el tenis de los Juegos Olímpicos.
Prensa Mindeporte
Bogotá, 29 de julio de 2024. Con el ritmo del corazón a más de 100 latidos por minuto, Camila Osorio grita. Lo hace con fuerza. Y se lleva las manos a la cara. Llora. Es la reacción a la epopeya, a ir más allá contra tenistas de nivel superlativo como su rival de este lunes en la segunda ronda del torneo de tenis de los Juegos Olímpicos de París, la ucraniana Dayana Yastremska, número 28 del mundo.
Ambas nunca se habían enfrentado en un torneo WTA y vieron su destino cruzado en los dieciseisavos de final y mientras descifraban la manera de jugar la una de la otra, quiebres iban y venían. El tiempo, un suspiro en unos Juegos Olímpicos, no da para comprender totalmente al rival, así que saber aprovechar las oportunidades es fundamental para alcanzar los objetivos.
Y eso hizo Camila Osorio, quien a punta de resiliencia, de saber soportar los embates furiosos de la ucraniana y sus fuertes devoluciones, supo darle la vuelta a un partido complicado, supo mantener la serenidad. Cuando la pelota que salió de la raqueta de Yastremska se estrelló contra la red y quedó ahí, inmóvil y sentenció el marcador 7-6 y 6-4. Las lágrimas llenaron los ojos de la colombiana.
"Por mi familia, por Colombia", así lo escribía después de lograr su primera victoria en unos Juegos Olímpicos, después de que en Tokio 2020 fuera superada en su debut por la suiza Viktorija Golubic. Así lo repitió después de derrotar a la número 28 del mundo, con una sonrisa que evocaba el sentimentalismo que la inundada, la alegría que la embargaba.
Y no es para menos, hace un mes una lesión la retiró del WTA 500 de Eastbourne y a comienzos de julio, por molestias físicas, tuvo que decirle adiós a Wimbledon. Su presencia en París estuvo en duda, pero logró renacer y afrontar este torneo en su mejor nivel, con la misma intensidad y determinación que la ha caracterizado a lo largo de su carrera.
Representar a Colombia, su sueño. "Es un orgullo", dice con lágrimas. Sobre todo, en un evento multideportivo de esta magnitud, donde toda una nación se une para seguir de cerca cada golpe y cada paso. Y ella no defrauda, avanza a paso firme, con decisión y el país entero se llena de orgullo colombiano y celebra.