Geraldine Bolívar, carta colombiana en el Mundial de Menores de Atletismo de Cali
Prensa Coldeportes
No lo asumió como la última oportunidad, así prácticamente lo fuera. Ad portas de graduarse de bachiller, se despedía de los Supérate Intercolegiados. Aparente adiós. En realidad, la bienvenida a demás sueños. De irse campeona, aparte de asegurar la beca universitaria, podía acercarse a la marca mínima para integrar la Selección Colombia de atletismo y disputar así el primer campeonato del mundo a sus 17 años.
Cada paso lo dio tan convencida, que la meta la recibió de primera y el tiempo impuesto dejó un registro insuperable hasta el momento. Ya en lo más alto del podio, vino a saber que el oro que reposaba en su pecho dejaba de pertenecer a su colegio e incluso a Bogotá. La responsabilidad que asumía era con todo un país. Moñona para Lina Geraldine Bolívar.
En 2011 eligió a la marcha como razón de vida. Cuatro años después, no se detiene. Antes acelera el andar porque ya asoma el Mundial de Atletismo de Menores de la IAAF que se disputará en Cali del 15 al 19 de julio próximo. Es anfitriona y entiende que ello genera un mayor compromiso. El suyo es uno solo: "Darlo todo y algo más por el país".
Ya se imagina en la pista del Pascual Guerrero. Su nombre al ser anunciado en los amplificadores del estadio recibirá la ovación de miles de gargantas. Nunca ha vivido algo así. Es local. Estará acompañada. Tendrá ese aliento extra. Y sí que lo necesita al ser una las más firmes apuestas del equipo nacional en la prueba de los 5.000 metros marcha.
"En el deporte siempre se aspira a ganar, es la promesa que se hace, pero en la competencia es otra cosa", advierte Geraldine. Para nada evade el reto. Simplemente parte de algo que la ha llevado a ser promesa de la disciplina: "no obsesionarse con el triunfo, más bien trabajar fuerte en lo físico y lo mental para llegar a él".
Valentín Gamboa, técnico de la Selección Colombia, le habla mucho. También le exige. "La preparación es muy dura y más estando en la recta final, pero sólo así es posible alcanzar los resultados". Así justifica esta bogotana el esfuerzo máximo que le piden en cada entrenamiento. Todo por un objetivo común.
No piensa sólo en ella, habla siempre en plural. "Venimos de distintas regiones del país, pero desde el primer día de concentración entendimos que somos Colombia y que la única forma de hacer un gran Mundial como equipo es apoyándonos mutuamente. Por eso nos convertimos en hinchas del compañero que está corriendo", confiesa Geraldine, quien completa ya una semana de trabajos en Bogotá.
El Centro de Alto Rendimiento de Coldeportes en la capital colombiana lo conoce al detalle. Es su segunda casa. Le sobra motivación al estar en él. También tiene oxígeno extra en sus pulmones. Sin atreverse a calificarla del todo como ventaja, vivir y entrenar en la altura es un plus, aunque no se confía por una sencilla razón: "la hora de la competencia es de mucho calor, eso desgasta". Sin embargo, a Cali llevará algo para contrarrestarlo: "Las ganas y el deseo de hacer historia pueden superarlo".
Eso se lo ha aprendido a sus referentes en la marcha. "Colombia es fuerte en este deporte y cuenta con grandes representantes como Éider Arévalo y Lorena Arenas. Ellos son la motivación y por eso existen grandes posibilidades de medalla en el Mundial de Cali en los 5.000 metros damas y en los 10.000 metros varones", confiesa la joven atleta.
Su potencial es tal, que tiene un apoyo adicional en la preparación: Bertha Sánchez, a quien le aprende en medio de la admiración. Geraldine ve en ella a "un ejemplo por su amplia carrera, tiene muchos conocimientos y es generosa a la hora de compartir esa experiencia". Destaca además, un valor agregado: "Nos habla como amiga y compañera, es alguien en que se puede confiar y hablar sin ningún temor".
Dentro de tantas enseñanzas, una la tiene muy presente. Las medallas nunca se prometen, se luchan. Por eso Bolívar garantiza algo tan o más importante que el mismo podio orbital. "Cualquier cosa es posible. Lo seguro es que vamos a dejarlo todo por el trabajo y todo lo entrenado en la pista. Ya luego veremos el resultado", dice.
La cuenta regresiva está en marcha. Geraldine también. Aunque es algo a lo que ya está acostumbrada. No termina una competencia y ya debe estar pensando en la siguiente. Y es que en su caso, después del Mundial viene, literalmente, otra carrera: la de tecnología electrónica en la Universidad Distrital.