Foto: Luciana Rojas, rugbier de la selección de Bogotá.
Luciana Rojas y el deporte com
La atleta es la capitana de la selección de Bogotá de rugby, que afronta los IV Juegos Nacionales de Mar y Playa, en Sucre y Córdoba.
Prensa Mindeporte
Coveñas, Sucre, domingo 24 de octubre de 2021. Dentro de la cancha tiene la voz de mando, es quien da las indicaciones cuando las del entrenador no se escuchan por el bullicio o por la misma intensidad. La figura de Luciana Rojas Durán antes que autoridad, refleja confianza, razón por la que cuando habla, todas escuchan.
No mide más de 1.70 centímetros, tampoco es corpulenta; por el contrario, es una mujer delgada de cabellera abundante, que tiene que enrollar para darle orden. A primera vista parece frágil, pero bien dicen que las apariencias engañan y ella es el mejor ejemplo: nunca se caracterizó por ser delicada, por lo que el rugby se ajustó como anillo al dedo a sus deseos.
El deporte siempre estuvo vinculado a su vida de alguna manera: primero fue el voleibol, que practicó tanto en el colegio como en la universidad, pero nunca lo hizo en alto rendimiento sino como un pasatiempo, como la mayoría de los jóvenes de Bogotá. Y fue algo bastante positivo para su crecimiento, puesto que estuvo presente para enseñarle con golpes y magulladuras, que solo hay una forma de afrontar la vida: con cabeza en alto y sin dar un paso atrás.
Sin embargo, fue hasta los 19 años que apareció el rugby en su vida. Lo hizo de forma inesperada: una invitación a practicarlo con el equipo Barbarians Rugby Football Club, en el parque de la 116 con Córdoba, que no pudo rechazar y desde entonces se convirtió en un hábito, una constante que le ha abierto las puertas a experiencias inolvidables, una de ellas los Juegos Deportivos Nacionales, de Bolívar 2019.
"Es un evento único, para un atleta en Colombia vivir estas justas es maravilloso puesto que se conoce mucha gente, se compite en alto rendimiento y se crece como persona", dice con una sonrisa que le ilumina la cara. Lo mismo está viviendo en estos Juegos Deportivos Nacionales de Mar y Playa, que se disputan en Sucre y Córdoba. "No solo es una gran vivencia para mí como jugadora, sino que también me sirve para crecer en todos los aspectos de mi vida", afirma.
Sus padres, Mario Rojas y Ruth Durán, aunque al comienzo dudaron sobre su decisión de practicar el rugby, de a poco fueron cediendo hasta apoyarla completamente, tanto que llegaron al punto de vibrar en cada una de sus presentaciones, de sufrir con cada tacle y brincar con cada punto. Son sus hinchas número uno.
Dentro de la cancha con el número 18 siempre en la espalda refleja esa intensidad que la ha caracterizado, pero también demuestra su resiliencia, esa misma que la ha hecho crecer en diferentes aspectos de su vida, porque el deporte más allá de su práctica en alto rendimiento es enseñanza pura y crecimiento constante. Y Luciana Rojas es el ejemplo más fiel que existe.