Jackeline Rentería y Helmut Bellingrodt, únicos multimedallistas olímpicos de Colombia, portaron el Fuego Deportivo en el Metropolitano
Prensa Coldeportes
A ella le temblaban las piernas. Las movía tenuemente para desafiar el nerviosismo. Él en cambio caminaba raudo. Con la firmeza que otorga la experiencia. Su paso, tan riguroso como siguen siendo sus tiros. Los mismos que lo llevaron a ser el primer medallista olímpico de Colombia, honor que también distinguía a quien esperaba por su encuentro ansiosa.
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Para que a Jackeline Rentería la dejara de carcomer la ansiedad, bastó con que recibiera esa figura cónica de manos de Helmut Bellingrodt. Una llama apenas los distanciaba. De paso representaba los cerca de 40 grados que hacían arder la pista atlética del Metropolitano, donde este jueves comenzó oficialmente el recorrido del Fuego Deportivo de los XX Juegos Nacionales y IV Paranacionales.
Aparte de una antorcha, a ambos los unía un pasado no menos distinguido. Son los únicos multimedallistas olímpicos de Colombia. La luchadora logró dos bronces en Beijing 2008 y Londres 2012, mientras el tirador hizo brillar la plata en Múnich 1972 y en Los Ángeles 1984. Pasado y presente glorioso del deporte nacional.
Portar el fuego fue honor y reconocimiento. "Estar en la encendida del Fuego ha sido maravilloso y más en el lugar donde se realiza, la Sierra Nevada. Estar rodeada de esas personas tan especiales como los Arhuacos fue mágico, como también disfrutar de la naturaleza. Fue un momento mágico, lleno de paz y tranquilidad", reconoció Jackeline, quien junto al nadador paralímpico, Carlos Daniel Serrano, representaron a los atletas en el acto sagrado.
La conmovió tanto lo vivido en el resguardo indígena de Nabusímake el miércoles, que la reflexión se apoderó por completo de ella. "A veces, al estar tanto tiempo en la ciudad, te enfocas en lo tecnológico y te olvidas de la verdadera riqueza del país, su biodiversidad, que muchas veces no las valoramos", dijo emocionada. Tanto, que le describió con detalles a Bellingrodt cómo viven los mamos.
Rentería es otra desde el miércoles y ni hablar luego de vivir la experiencia de este jueves. "En apenas horas tuve otra bendición, un sentimiento muy bonito, de demasiada emoción, al entrar con el Fuego al Metropolitano, la casa de nuestra Selección que vibró también con los Juegos", destacó la luchadora, que asegura llegar a las justas de noviembre próximo "renovada y llena de energía".
Lleva con exactitud la cuenta de medallas que han colgado de su cuello. A su vez, el número de países que ha conocido gracias al deporte: 32. La Sierra Nevada cuenta como uno de los más especiales, lo mismo que le genera a Bellingrodt Ibagué, donde terminará el recorrido del Fuego Deportivo, después de visitar 25 ciudades más y recorrer 5.575 kilómetros en 32 días.
Y es que en la capital del Tolima, nació la historia dorada del tirador. "Mis primeros Juegos Nacionales fueron los de 1970. Logré mi primera medalla de oro e impuse récord. Ahí inicié el periplo que me llevaría a alcanzar el reconocimiento internacional y qué linda coincidencia que esta antorcha que tuve la satisfacción de portar, sea la que encienda el pebetero en el Murillo Toro el próximo 7 de noviembre", afirma el ahora asesor del comité organizador de los Juegos Centroamericanos y del Caribe que acogerá Barranquilla en 2018.
A sus 66 años, Helmut no suelta el rifle. "Compito en senior máster y todavía le doy un poquito de dolor de cabezas a unos cuantos", confiesa entre risas a sus 66 años el primer relevista del Fuego, condición que le agradeció personalmente al director de Coldeportes, Andrés Botero Phillipsbourne, garante de este encuentro olímpico en el Metropolitano.
Ahora la antorcha de los Juegos tendrá su segunda escala. Sigue alumbrando la Costa Norte de Colombia. Cartagena la recibe este viernes en la noche en el estadio ’11 de noviembre’. Y en esa fecha Jackeline estará buscando la consagración en Quibdó con Valle. Espera estar en lo más alto del podio para divisar desde ahí su próximo objetivo: Rio 2016. El oro en los 58 kilogramos la haría la mejor multimedallista de la historia. Y Helmut prometió ser el primero en felicitarla. Un pacto con el Fuego de testigo.
