
Foto: Manny Pacquiao sentado en el ring en el que comenzó a hacer sus sueños realidad. Foto: Manny Pacquiao
La lucha de Manny Pacquiao
viernes, 10 de abril de 2020
Prensa Mindeporte
Bogotá, 10 de abril de 2020. Luchar, jamás rendirse sin importar los obstáculos. No solamente, esta es la convicción de Manny Pacquiao, sino que también es su reflejo. La evidencia de que el camino para llegar a la cima nunca es fácil, que cuenta con miles de rutas que lo pueden hacer desviar con el más mínimo pestañeo y que para llegar a la meta hay que saber sobreponerse, tener resiliencia, nunca bajar los brazos.
Pacquiao, es un boxeador filipino reconocido a nivel mundial, múltiple campeón en cada una de las categorías en las que compitió. Pero detrás de esta figura hay una historia de empuje, lucha, ganas. Desde muy niño tuvo que enfrentar problemas familiares, desazones. Tomar decisiones drásticas como abandonar su casa a los 12 años para vivir en la calle.
Pero esto llevó a que lo conocieran en Manila (capital de Filipinas) y no solo como el niño que vendía pasteles para sobrevivir, sino por sus puños de acero. Estos fueron los que lo llevaron a abrirse un camino. El boxeo llegó a su vida como una luz en medio de la oscuridad, el gimnasio L&M Gym se convirtió en su refugio, el lugar donde podía desfogar toda su energía.
No importó que fuera abarrotado y sucio. Ese fue su hogar. Allí se entrenaba y dormía. Su mente se enfocó día y noche en este deporte, en el que de a poco, su nombre fue ganando recordación. Debutó con 16 años frente a Edmund Ignacio: victoria en cuatro asaltos por decisión unánime. Felicidad, sonrisas. Toda la tempestad de su infancia parecía despejarse.
Fue la primera victoria de una carrera que abrió ojos y fue inspiradora para muchos, en la que se enfrentó con los mejores. Siempre con los pies en la tierra, Pacquiao, con lo que ganó por sus combates, compró el gimnasio en el que empezó a entrenar y mandó a derribar todo para erigir un edificio de siete pisos, que incluye un gimnasio, oficinas equipadas y cuartos para los boxeadores que se entrenan allí y no tienen un lugar en donde pasar la noche.
El filipino nunca olvidó sus raíces, su humilde inicio, en el que sus primeras batallas fueron contra el hambre. Manny Pacquiao vivió la pobreza extrema en sus inicios como peleador. Pero fue persistente, soñó, y logró lo erigirse como uno de los peleadores más grandes en la historia del boxeo.
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