Este miércoles se enciende la antorcha en Nabusímake, resguardo indígena de la Sierra Nevada
Prensa Coldeportes
Si hay un lugar que pueda reflejar la biodiversidad de Colombia, ese es la Sierra Nevada de Santa Marta. Al ser la cadena montañosa costera más alta de todo el mundo, alberga distintas especies de flora y fauna que convergen en bosques, cascadas y hasta playas. Y en su corazón, resguardos que conservan tradiciones indígenas milenarias. Nabusímake, uno de ellos.
En aquel espacio donde la naturaleza reina, el patrimonio cultural de la comunidad arhuaca se incrementó desde 2012, cuando sus habitantes aceptaron recibir, cuidar y preservar el Fuego Deportivo de algo tan representativo del país como esa tierra llena de contrastes: los Juegos Nacionales y Paranacionales.
Las máximas justas de Colombia, próximas a iniciarse, no pueden tener mejor punto de partida que en la Sierra, donde este miércoles al mediodía se cumplirá la ceremonia de encendida. Un acto que irá más allá del deporte porque traerá consigo un mensaje de reflexión medioambientalista.
Estos XX Juegos Nacionales y IV Paranacionales son denominados los del agua, para meditar acerca del uso que se le está dando a este recurso natural cada vez más limitado. Es una invitación directa a crear conciencia sobre la necesidad de optimizar su uso.
La Sierra Nevada es cuna de 16 ríos. Una riqueza hídrica sobre la cual se escenificará la encendida del Fuego Deportivo. Los cerca de 60 asistentes llegarán descalzos a uno de sus brazos, recibirán hilos de algodón para retirar lo negativo. Será una limpieza de pensamiento lo que antecederá la purificación del río, guiada por los Mamos.
Luego ya será el acto central. Sobre el mediodía, el Fuego Deportivo será prendido por los Mamos mayores, quienes harán entrega de la antorcha a Andrés Botero Phillipsbourne, director de Coldeportes y a Fabio Ramírez, director de los Juegos, quienes a su vez se la pasarán a los que mantienen encendida la llama con su fragor y esfuerzo: los atletas.
Jackeline Rentería, en representación de los deportistas convencionales, y Carlos Serrano, delegado de los paralímpicos, serán los encargados de iniciar el recorrido del Fuego que será de 5.755 kilómetros por el territorio nacional durante 32 días, deteniéndose en 26 ciudades. La primera en recibirlo será Barranquilla este jueves y en pleno Metropolitano, en la antesala del primer partido de la Selección Colombia en la eliminatoria hacia Rusia-2018.
En ese estadio vestido de amarillo, el Fuego le dará más color y calor a la escena. Llegará de manos de la medallista olímpica, algo que se repetirá en cada punto escogido del trayecto, ya que el relevo de la antorcha cumplirá un itinerario local entre dos y cinco kilómetros de largo, dependiendo de las condiciones climáticas. El punto de partida será un escenario deportivo y finalizará en la Alcaldía Local o Plaza principal, donde se realizará una ceremonia de honores al Fuego, con la presencia de autoridades civiles y deportivas, así como de deportistas destacados de cada región.
De Nabusímake hasta Ibagué. Así será el extenso camino que tendrá el Fuego desde este miércoles y hasta el próximo 7 de noviembre, cuando el pebetero del estadio Manuel Murillo Toro le dé la bienvenida al certamen multideportivo más importante de nuestro país.
La fiesta, literalmente, se prende. Y es que el deporte y su incalculable poder de unificación, logra juntar hasta el agua con el fuego. La encendida en la Sierra lo simboliza, como también el espíritu de una comunidad que encontró en el deporte otro motivo para luchar sin descanso. Es Colombia en definitiva.