Foto: Cerca de 8000 personas participan de la fase regional de los Juegos Intercolegiados.
Los Juegos Intercolegiados, un
En la fase regional del certamen, que se lleva a cabo en Riohacha, Cartagena, Pereira, Pasto y Rivera, Huila, participan cerca de 8.000 personas, entre deportistas, delegados, oficiales y jueces.
Prensa Mindeporte
Bogotá, martes 9 de abril de 2024. "Los Juegos Intercolegiados me cambiaron la vida". Así, sin adornos, califica el medallista olímpico en levantamiento de pesas, Luis Javier Mosquera, su participación en los juegos, que a lo largo de los años se han convertido en un espacio preciso para que los jóvenes de diferentes instituciones educativas de todo el territorio nacional fortalezcan sus vínculos y valores para la vida.
Para Natalia Linares, precisamente, se convirtió en un espacio en el que tuvo una evolución en su mentalidad, se enfocó más en sus habilidades para lograr así alcanzar los objetivos trazados. "Los juegos se convirtieron en algo fundamental para mi crecimiento. Deja uno de ser una niña con sueños, para empezar a cumplirlos", destacó la campeona panamericana en salto largo.
Esa experiencia es el reflejo de que el deporte no solo enseña a superar obstáculos físicos sino también mentales. Desafía a sus practicantes a encontrar su mejor versión, a que aprendan a levantarse cuando aparecen los grandes reveses y a celebrar cada paso, grande o pequeño, con humildad y gratitud. "Aprendí que, con disciplina se puede alcanzar lo que se trace, en mi caso era obtener la beca y representar al país a nivel internacional y ambas las logré", resaltó Francisco Jaramillo, subcampeón mundial junior del keirin y campeón de Intercolegiados en la final 2021.
No solo es la disciplina la que se fortalece en los Intercolegiados, aparecen otros como la lucha, la constancia, la pasión. Un sinfín de valores que aportan a la maduración de los atletas. "Aprendemos a compartir con personas que son diferentes a nosotros, a tener mayor empatía con esas personas que no logran el podio pero que también se esfuerzan por estar ahí. Son muchos valores porque este evento abarca al deportista joven en su totalidad, se le da una enseñanza y unas bases importantes para el futuro", destacó Linares.
Además, se suman los vínculos sociales que forman los atletas, porque los juegos son un constante compartir con estudiantes de otras delegaciones, personas nuevas que ayudan a la socialización del individuo. "Convivimos a diario con mucha gente como entrenadores, fisioterapeutas, doctores, asistentes, otros atletas y con el paso del tiempo ellos se van convirtiendo como en una segunda familia, te acerca a personas que no conocías", subrayó Jaramillo.
El ejemplo de dos atletas que hoy por hoy representan por lo alto al país en eventos internacionales, es el claro reflejo de que los Juegos Intercolegiados enseñan a valorar la diversidad, a celebrar las diferencias y a encontrar unidad en la adversidad. Además, es una muestra de que, a pesar de que existen distintas habilidades y antecedentes, en el campo de juego existe una igualdad, que une a los atletas por una pasión compartida y su deseo de superación.