viernes, 13 de diciembre de 2024
Prensa Mindeporte
Wilbelly Panesso, una talentosa joven del Caquetá, demuestra que el esfuerzo, la dedicación y el apoyo familiar pueden convertir un sueño en realidad.
Desde que era niña, Wilbelly se vio atraída por el mundo del deporte, pero fue a través de unas series coreanas que descubrió su verdadera pasión: el bádminton. A los 13 años, se acercó tímidamente a su profesor de educación física para compartir su sueño, y fue él quien, al igual que el joven, vio el potencial de este deporte en la región. Con el apoyo de la Universidad de la Amazonía, comenzó su travesía. Hoy, a sus 15 años, Wilbelly se encuentra a las puertas de un sueño mucho mayor, disputando la final nacional de bádminton en los Juegos Intercolegiados.
El camino hasta llegar a la final nacional fue largo y lleno de desafíos. En un principio, Wilbelly tuvo que competir contra niñas de diferentes colegios de su municipio. En cada partido, se enfrentaba a rivales con habilidades similares, pero su corazón estaba lleno de confianza lo que la llevó a demostrar su talento. El trabajo duro y la perseverancia le permitieron superar esa primera fase y seguir avanzando, después llegaron reñidos partidos contra jugadoras de otros municipios en la fase departamental.
Florencia, su ciudad, fue testigo de cómo la joven caqueteña demostraba que los sueños pueden alcanzarse cuando hay iniciativa. Los entrenamientos eran exhaustivos, pero Wilbelly nunca estuvo sola. A su lado, siempre estuvo su madre, Bella Paz Rengifo Cosio, quien no solo la apoyaba emocionalmente, sino que también se encargaba de los aspectos más prácticos de su entrenamiento.
Juntas viajaban, enfrentaban cansancio y compartían momentos de alegría y frustración, pero siempre con la meta clara. Tres días a la semana, por dos horas, Wilbelly se sumergía en las técnicas del bádminton, aprendiendo los desplazamientos, los saques y la resistencia que requería este deporte. "Badminton como expresión de vida" es el lema que su entrenador, Juan Urtatis, le repite constantemente.
La disciplina y la mentalidad positiva fueron claves para la joven atleta. "El bádminton no es solo un deporte, es una manera de vivir, de expresar lo que sentimos", comenta con entusiasmo. A pesar de ser un deporte que muchos podrían ver como tranquilo, Wilbelly sabe que es todo lo contrario. En cada juego, cada punto cuenta, y la mente debe estar en calma y alerta. "Punto a punto se puede ganar", es la frase que, según ella, la motiva a seguir luchando por sus sueños.
Su futuro está lleno de metas ambiciosas. En el corto plazo, su objetivo es ganar una final nacional de intercolegiados, pero Wilbelly no se detiene allí. A mediano plazo, sueña con conquistar torneos internacionales con la Liga de Bádminton del Caquetá, y en un futuro más lejano, con representar a su país en los escenarios más grandes del bádminton mundial.
La joven deportista no solo busca medallas, sino también experiencias que le permitan crecer como ser humano y atleta. Viajar por el mundo, conocer otras culturas y enriquecer su vida, como ella dice "es lo que uno se lleva" con su gran sonrisa que la caracteriza, esto la motiva a ser la mejor.
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