Prensa COC - Coldeportes
No sé qué pienso cuando estoy en plataforma, me hago la misma pregunta. La cantidad de clavados que ha hecho Sebastián Morales a lo largo de su carera no es suficiente para tener claridad sobre lo que pasa por su mente antes de entrar al agua. Es cuestión de concentración y decisión.
La experiencia en los Juegos Olímpicos de Rio se convirtió, al igual que el trampolín, en un impulso adicional en la búsqueda de más protagonismo para el país en esta modalidad. Porque si de avances se trata, el de este jueves en los Juegos Bolivarianos fue uno realmente significativo.
El podio de la prueba de tres metros trampolín en rama masculina fue tan colombiano como la sede de las justas. El lugar más elevado estaba reservado para Morales, merecedor de la medalla dorada tras seis saltos que le significaron tal honor. "Es algo my bonito ganar en casa. Venimos haciendo un trabajo muy importante y este oro lo queríamos para empezar con pie derecho el ciclo olímpico", aseguró. (Escuchar audio)
Y es que a Sebastián lo seducen los saltos, no en vano sus inicios en BMX, donde ratificó que estar en las alturas era lo suyo. "De tanto ir a las piscinas me enamoré de los clavados desde los seis años", dice con la sonrisa que lo caracteriza. "Me gusta ser divertido, molestar, imprimirle alegría al equipo para que el ambiente sea agradable", puntualiza.
Uno de sus cómplices en el agua también lo fue en el podio. Al lado izquierdo se subió Sebastián Villa, otro de los responsables de que Colombia brillara una vez más en Santa Marta. "Demostramos que el país es potencia en este deporte en los Juegos Bolivarianos. Me quedó el sinsabor de la medalla de plata, pero por lo menos pudimos estar en el podio", indicó. (Escuchar audio)
Un total de 18 puntos fueron suficientes para que Sebastián Morales le aportara un oro más a al sueño de revalidar el título del certamen que abre el ciclo olímpico. Y, por supuesto, las 14 unidades que consiguió Villa también sumaron para alcanzar dicho objetivo.
Arriesgados, simpáticos y patrióticos, así son este par de clavadistas que no solo coinciden en su nombre, también en el deseo de seguir construyendo país a punta de saltos y acrobacias.