El actual subcampeón del Claro Open busca este jueves los cuartos de final
Prensa Coldeportes
Era tanta la expectativa por su presencia, que al agacharse para atravesar el detector de metales, propició los primeros aplausos de admiración. Ivo Karlovic no pasa inadvertido. Sus 2,11 metros de estatura lo delatan. Tener además uno de los mejores saques del tenis mundial, también lo hacen diferente.
En la sede administrativa de Coldeportes no fue la excepción. La raqueta número uno y actual subcampeón del Claro Open hizo una pausa en el camino hacia el bicampeonato del torneo que se cumple en Bogotá. Pero fue activa. Demasiado. Jugó este miércoles en la tarde con varios funcionarios del Departamento Administrativo al tenis de mesa.
Entre la timidez fueron pasando uno a uno a desafiar al gigante croata en el lobby. Accedió a tomarse fotografías, firmar boletas del torneo y en medio de su seriedad característica, las mujeres le arrancaron puntos y una que otra sonrisa.
Lo que no esperaba el tenista número 23 del mundo era tener como contrincante al director de Coldeportes. Andrés Botero Phillipsbourne se despojó de su blazer, no así de la corbata y se apoderó de la raqueta. "Take it easy", fue el saludo del máximo dirigente del deporte nacional antes de lanzar la bola. Karlovic no se la tomaría tan suave en definitiva. Respondió a todas.
Saludo, agradecimiento por la visita y foto oficial vendrían después. La fila se hizo tan larga como su estatura para tener la imagen del recuerdo. Ivo siempre accedió con un "sí, por supuesto", olvidando por momentos que debía regresar al Centro de Alto Rendimiento de Coldeportes, donde este jueves buscará los cuartos de final del Claro Open frente al colombiano Daniel Galán.
"Es la tercera vez que vengo a Colombia y la gente siempre es muy especial y afectuosa. Me gusta compartir con los aficionados y este tipo de espacios me divierten bastante", reconoció Karlovic, que en sus tres participaciones en el torneo siempre ha llegado a la final. En la primera se llevó el título.
Entre el tenis de campo y el de mesa, el croata reconoce que "son muy diferentes" y dice que su preferido es el que practica, aunque reconoce de la otra disciplina que "puede llegar a ser un poco más entretenido". "No juego en casa, lo hice cuando niño, pero me gustaría tener una mesa", agregó el jugador de 36 años.
Luego ya vino el "chao" en un español aceptable, la última sonrisa de la visita y de nuevo a la realidad. Mentalizado en el Claro Open. No es su obsesión, pero sí el deseo de volver a llevárselo a Zagreb. "Los 2.600 metros de Bogotá son buenos para mi juego, pero al frente estará un rival muy difícil", dijo Ivo. Y a propósito de altura, no sólo le sobra en estatura, también en carisma.