El barbero de la Selección Colombia
PRENSA MINDEPORTE
Bogotá, 21 de octubre de 2019. A sus 21 años, Julián Andrés Velásquez está convencido de que no hay nada más parecido a la vida que el boxeo. "Tenemos que pelear a diario, cada uno a su manera, y aunque muchas veces tenemos que caer, la obligación es que hay que volver a levantarnos", asegura el filósofo de la Selección Colombia como le llaman sus compañeros.
En su natal Palmira tuvo que hacerle el quite al bullying de las calles y las fronteras invisibles en los barrios. Julián tuvo que aprender a pelear para defenderse de quienes en su momento quisieron abusar físicamente de él. Lo que no sabía es que defenderse en ese momento iba a marcar su camino para siempre.
"Era un boxeador de barrio pero porque me tocaba. Tenía que defenderme pero por mi cabeza nunca pasó que podía ser boxeador y mucho menos llegar a una Selección Colombia", asegura el pegador, quien explica por qué le dicen el filósofo. "Era la clase que más me gustaba, quiero ver siempre todos los puntos de vista de una situación y analizarlas, pienso que eso me ha servido para lo que hago".
Rapidamenre el talento para pelear en las calles fue descubierto. Era casi imposible no darse cuenta que el chico de baja estatura pero estilista y fuerte con los puños, era diferente. Apareció en su vida el profesor Arbey Castro, quien canalizó toda su energía en un gimnasio y lo fue formando para que se enamorara del deporte de las narices chatas. "Me vio talento, me ayudó mucho y siempre lo ha hecho. Muchas veces me colaboró con la comida y otras necesidades, pero lo mejor fue que creyó en mi talento. Gracias a él es que estoy aquí".
Los resultados no se hicieron esperar y Julián Velásquez dejó de ser un pugilista callejero, que empuñó las manos para defenderse de la dureza de las calles, y se convirtió en un referente del boxeo. Con los colores de su departamento ha sido tres veces campeón nacional en las divisiones de 49 y 52 kilos. Fueron precisamente esos resultados los que les abrieron las puertas al equipo tricolor.
"En el 2017 el profesor Rafael Iznaga me vio peleando ante Yuberjen Martínez. En ese momento le gustó mi trabajo y fue la primera oportunidad que tuve de defender los colores de mi país", explica en medio de mucho orgullo, y no es para menos, ya que en esa ocasión logró hacer parte de los Heroicos de Colombia en la Serie Mundial de Boxeo y viajar a pelear en La Habana, Cuba.
Para Julián cada día es un round y sale a pelearlo. Sus necesidades personales hacen que a diario trate de ayudar en su hogar a sus padres y hermanos a salir adelante. Así fue como aprendió el arte de ser barbero. "Tenía que ayudar en mi casa porque en ese momento no contábamos con una buena situación y el boxeo tampoco me daba para vivir. Yo me las ingenié, me conseguí una maquinita vieja, una silla y un espejo, así fue como inicié a trasquilar a mis primos", indica en medio de risas sin parar.
El antejardín de su casa en Palmira se convirtió en uno de los más famosos de la Villa de las Palmas. "El boxeador que corta el cabello", dicen en las calles y él cada vez que puede tiene entre 20 y 25 clientes los fines de semana.
Pero la fama ya es tanta, que hoy Julián puede decir con orgullo que es el barbero de sus compañeros en la Selección Colombia. "Me lo disfruto y para mi es orgullo hacerlo. Es un parche muy bacano y me siento bien porque además nos une como grupo". Su habitación es el punto de encuentro cada vez que Yuberjen Martínez, Cristian Salcedo, Ceiber Ávila y hasta el mismo entrenador René Iznaga, necesitan ponerle estilo al corte.
Julián Velásquez tiene claros sus objetivos y el porque está concentrado en Bogotá. "Ya estoy a pocos días de los Juegos Nacionales y quiero ir por el primer lugar, trabajo fuerte para ser el mejor y mientras más trabaje más cercano estaré al objetivo", sin embargo es más grande lo que tiene en mente para su carrera.
"Quiero cosas grandes en la Selección Colombia. Busco hacer parte del ciclo olímpico y en París 2024 es mi meta regalarle una medalla de oro a mi país. Sueño a diario, pero para hacerlo realidad tengo que trabajar duro".
Julián es uno de los pugilistas con más futuro de Colombia. Pero sabe que tendrá que pulirlo golpe a golpe en el ring.