El joven antioqueño le dio un vuelco total a su destino gracias al programa de Coldeportes
Prensa Coldeportes
A este paisa el camino se le oscurecía cada día más. La realidad social que vivía en su barrio en Medellín lo atrapaba poco a poco y las oportunidades de superación eran prácticamente nulas.
Sin embargo, en el momento más sombrío, una luz le alumbró su vida. Justo cuando culminaba sus estudios escolares, debía tomar la decisión de qué hacer y fue allí cuando se le presentaron los Campamentos Juveniles, una propuesta que lo sedujo para siempre.
"En mi barrio había dos opciones después de graduarse del colegio: ingresar a un grupo delincuencial o prestar servicio miliar. La mayoría de los muchachos optaba por la primera opción porque era dinero fácil, de hecho yo estaba a punto de hacer lo mismo", asegura Gómez, que ajustó siete años en los Campamentos, donde alcanzó el rango de tallo.
En el año 2009, cuando comenzó su proceso en el programa de Coldeportes, el antioqueño fue testigo de que cuando se quiere, se puede. "Se me presentó como una puerta abierta por donde cruzas y puedes visionar diferentes cosas, vivir un nuevo mundo, pensar en otras opciones y superar limitaciones", reconoce.
Gómez rechazó la opción de ser protagonista de la violencia para convertirse en un actor de la paz y de la información, pues con la orientación y acompañamiento de sus guías del programa, Jhónatan se graduó como comunicador social y periodista de la Universidad Luis Amigó, en su natal Medellín.
"Le agradezco y le debo todo a este programa. Hoy soy comunicador social de la Secretaría de Educación y Cultura de Bello (Antioquia) y digo con orgullo que los Campamentos Juveniles son mi pasión, algo que amo y disfruto mucho", agrega Gómez, quien ya planea estudiar un posgrado.
Sin duda, este profesional afirma que "la única manera de combatir la violencia y generar paz es sosteniendo procesos, tal como ocurre en Campamentos, una iniciativa que todos los días salva vidas de maneras distintas", afirma.
A sus amigos del barrio, en el cual permanece pese a las dificultades, les transmite todos los conocimientos que adquiere año tras año en los encuentros nacionales, ya que "uno aprende a amarse más con el otro y eso nos asegura que quienes participan en este proceso jamás empuñarán un arma", concluye.
Su frase de despedida es contundente: "El barrio no se limita a la esquina, al ladrón, a la droga, es por el contrario un balcón desde donde puedes divisar las oportunidades que te brinda la ciudad".