Sor Myrian, la entrenadora con hábito y uniforme
Prensa Supérate Intercolegiados
Esta es una entrevista inspiradora a la entrenadora espiritual y emocional del equipo de voleibol femenino del Colegio Santa Teresa de Jesús de Ibagué, conformado por ocho talentosas deportistas, quienes llegan por primera vez al Regional Centro Sur, con todas las ganas y fe de pasar a la Final Nacional.
Myrian Sarango Pinzón tiene 38 años pero revela diez menos. "La dimensión espiritual es lo que hace que nuestro cuerpo no se deteriore, que nos alimentemos bien y estar en lo que nos gusta es fundamental", manifiesta la hermana Myrian entre risas.
En el 2004, cuando tenía 23 años y se ordenó como monja, Sor Sarango fue trasladada de su natal Quito, Ecuador a Ibagué, Tolima, por necesidades del apostolado que identificó la Congregación de las Hermanas Dominicas de Nazaret.
En el 2012 se sumó a la nómina de docentes del Colegio Santa Teresa de Jesús de Ibagué, donde no se imaginó convertirse en una pieza clave para el equipo de voleibol de esta institución.
¿Qué opina de Colombia?
Es un país muy bonito, la gente, la cultura y uno aprende mucho. La experiencia en el Colegio Santa Teresa de Jesús de Ibagué ha sido hermosa. Es una institución pública de 72 años, siempre administrada por una comunidad religiosa.
¿Cómo llegó a convertirse en una pieza clave para el equipo de voleibol femenino prejuvenil del Colegio Santa Teresa de Jesús de Ibagué?
Las niñas de este colegio tienen un enorme potencial. Cada una de ellas debe escoger una actividad lúdica para practicar en las tardes, sea natación, baloncesto, voleibol, entre otros. Un día me senté a ver al equipo de voleibol y les hice mucha barra y pensé: "Son muy buenas, pero bastante inseguras". Ese día ganaron y me dijeron que debía acompañarlas desde ese momento en los partidos. Ahora las acompaño y me propongo siempre darles la seguridad y confianza que necesitan.
¿Por qué es tan importante el deporte en los niños, niñas y jóvenes?
Despierta en ellos las ganas de vivir, de alcanzar otros sueños, las lleva a otras experiencias que las aleja de otras distracciones que tiene el mundo en estos momentos.
¿Cómo es la experiencia de trabajar con niñas deportistas?
Por ser mujeres a veces somos muy vulnerables y estamos muy expuestas. La sociedad actual nos ha menoscabado mucho en temas de confianza y dignidad, por esta razón les digo: "Si practican, tienen fe en Dios y talento, lo tienen todo para ganar".
¿En qué consiste su entrenamiento emocional y espiritual?
La oración nunca puede faltar. A través de conversaciones y actividades les ayudo mucho para que sean deportistas disciplinadas, obedientes, responsables y que entiendan que son ejemplo para todo el colegio. Todo esto ha ayudado a que las niñas ahora en los recreos jueguen voleibol y no estén todo el tiempo con sus celulares, además antes de cada competencia, algunas de ellas tiene la iniciativa de dirigir la oración.
¿Cuál es su opinión del programa Supérate Intercolegiados de Coldeportes?
Este año empecé a acompañar a las niñas de voleibol y en este tiempo me di cuenta de que Supérate Intercolegiados es genial al ser programa de inclusión social, porque entiende que el deporte genera muchos cosas, aporta experiencias, ayuda a alejarse de distracciones como el consumismo y el materialismo. Quien practica deporte difícilmente perderá su sentido de la vida.
¿Cuáles han sido las lecciones más importantes que le ha dejado el acompañar y apoyar el Colegio Santa Teresa?
No dejar de esforzarme para que las niñas vean con mis ojos todo ese potencial que tienen y continuar trabajando para que el área académica siempre vaya de la mano con la deportiva.
¿Conoce en Ecuador un programa como Supérate Intercolegiados?
No y pienso compartir con la congregación de allá este valioso proyecto.
Finalmente, ¿cómo ha sido el tema del hospedaje, la alimentación y los escenarios en el Regional Centro Sur en Melgar?
Todo muy bueno. Las niñas están cómodas y tienen una alimentación estilo buffet muy balanceada.
