XVI Encuentro Nacional del Programa Nuevo Comienzo de Coldeportes
Prensa Coldeportes
No sabían qué hacer con su mamá. No era muy claro si querían abrazarla, besarla, alzarla o simplemente mirarla. El momento era tan sublime que las tres temblaban de la emoción.
Eran 10 años de no verse, de no sentirse, de no compartir juntas. Tanto Nilsa como Omaira De la Espriella se aferraban a su progenitora, a doña Rosalba Gutiérrez, quien desde que las vio no paró de llorar. De hecho no hablaba, solo miraba a sus familiares como pensando que estaba en un sueño.
"Nosotras nos casamos y nos vinimos a vivir a Quindío, una a Armenia y la otra a Calarcá. Además no teníamos los recursos económicos suficientes para visitar a nuestra mamá en Puerto Inírida (Guainía), por lo que nos distanciamos mucho", afirmaron el par de hermanas, dos de las cinco hijas de doña Rosalba.
Esta madre en medio de su sencillez, humildad y llanto apenas atinaba a decir "gracias, gracias". Sus ojos se quedaban insuficientes ante el llanto contenido. Tantas lágrimas que hasta sus hijas le ayudaban a secarse, así los esfuerzos fuesen en vano.
Y es que esos instantes de emoción fueron tan impactantes y perfectos, que para completar, de la nada apareció Diana De la Espriella, la nieta que doña Rosalba, quien la última vez que vio a su abuela tenía nueve años y hoy ya es mayor de edad.
"Es una emoción inexplicable. Yo casi no me acordaba de mi abuela porque la última vez que la vi yo era una niña. No me cabe la sonrisa en mi cara", expresó anonadada la joven.
Casi que en coro, las dos hermanas pronunciaron su agradecimiento con Coldeportes y con el Programa Nuevo Comienzo, "porque realmente es un momento único". "Nos hicieron realidad el sueño de volver a estar juntas. Mil y mil gracias. Este detalle nunca se nos olvidará", agregaron con la voz entrecortada.
Y es así como esta decimosexta edición de la iniciativa social del Departamento Administrativo cumplió un sueño, unió de nuevo a una familia y se encargó de hacer sonreír a una madre, a dos hijas y a una nieta que desde hace una década esperaban este instante glorioso.