La patinadora de Antioquia completa cuatro oros en los Juegos Nacionales
Prensa Coldeportes - Acord
-Esto no ha ido fácil. Los sacrificios han sido muchos. Son horas y horas de trabajo, de cansancio, de a veces no querer uno ni levantarse de la cama. Pero en verdad, vale la pena. Cosas como las que me ha pasado a mí en estos Juegos, son la recompensa a todo ese esfuerzo-. Lo dice con emoción y esa voz tan fina como aguda que ya se hace común en el patinaje colombiano.
Es Fabriana Arias Pérez, la joven corredora antioqueña que, con sus resonantes victorias, se ganó el título de reina de las pruebas de pista de esta disciplina de los Juegos que se cumplió en Guarne y empezó este jueves a mandar en la ruta, al ganar la primer prueba, la de los 10.000 metros.
Tiene veinte años y, en su primera temporada en mayores, ya se apoderó de cuatro medallas de oro en los Juegos, hazaña que quiere repetir, nada más ni nada menos, que en el Mundial de China Taipei el mes entrante.
Es una niña muy emotiva. Puede llorar y reír al mismo tiempo cuando termina con los brazos en alto una prueba. Su sonrisa flota naturalmente cada que alguien le pregunta algo. Para ella no parecen existir cosas negativas en la vida.
"Yo pude llegar al patinaje porque mis padres, que querían lo mejor para mí, me llevaron para que practicara algo. A ellos los guió mi Dios y mire todo lo bueno que me ha pasado", cuenta con mucha emoción.
Nació en Envigado, pero por el trabajo de su mamá en la Fuerza Aérea Colombiana, de niña se fue a vivir a Rionegro. En el municipio antioqueño sus padres la llevaron a la pista, que la cautivó a sus cuatro años. "Ellos sabían de las bondades que tenía el deporte y por eso me lo inculcaron", confiesa.
Se inscribió en patinaje artístico y todo parecía indicar que ese sería su deporte, hasta que un día la invitaron a una competencia y, cuando llegó, era una prueba de patinaje de carreras. "Me gané la prueba, pese a que yo iba en patines de cuatro rueditas y mis rivales llevaban patines en línea", asegura con modestia.
Por eso, cuando a la edad de cinco años volvió a Envigado, lo primero que hizo fue inscribirse en Paen, la escuela de patinaje de ese municipio, que hoy cuenta con el club más grande de Colombia. "Llegué y me quedé para siempre. Ahí lo encontré todo. Buenos deportistas, miles de amigos y un técnico que, como Iván Vargas, nos enseña todo lo mejor y nos ha llevado a convertirnos en buenos patinadores", asegura Fabriana.
Arias, que ya ha ganado nueve títulos mundiales en la categoría juvenil y que ahora, en mayores, desea iniciar un camino de tantos o más éxitos, ahora cree que la mejor decisión de su vida ha sido ser patinadora. El deporte le ha dado "grandes satisfacciones y lo que más llena de orgullo es poderle dar alegrías a Antioquia, al país y a la familia".
Ganar, hasta ahora, cuatro medallas de oro en los Juegos, era algo que "se anhelaba demasiado". "Por eso trabajé mucho, hasta tres veces al día. Entrenamientos de dos y tres horas. Era muy duro, pero sabía que si lo hacía bien los resultados se podrían dar y hasta ahora lo he logrado", afirma.
Es la primera figura de las justas y de seguir con esta cosecha dorada, puede convertirse en su dueña, algo que la emociona, mas no la perturba, gracias a la fortaleza mental que la distingue y al ejemplo de casa que siempre impera en sus acciones.
"Yo sé que tengo que saber soportar todo lo que venga, siempre con la misma humildad. No puedo cambiar, lo de hoy fue hoy y ya pasó. Hay que seguir luchando para conseguir cosas más grandes", asegura Fabriana Arias Pérez, que dejó su nombre grabado para siempre en el patinódromo de Guarne.
"Es maravilloso, inolvidable. Dios quiso que así fuera y así fue. Pero es que, como le digo, he trabajado mucho para eso, me he sacrificado, con el grupo de patinadores de Antioquia queríamos sacar adelante el departamento, porque hacía muchos años no figuraba en los Juegos Nacionales en este deporte", agregó la primera medallista dorada de los Juegos.
Ahora, cuando se iniciaron las pruebas de ruta, quiere seguir ganando medallas. Ya se llevó una en la apertura de competencias, pero no olvida a su compañera Laura Gómez, quien le ha ayudado en sus victorias. Y las palabras denotan cero egoísmo: "Me gustaría ganar más medallas, pero también quiero que mi compañera también suba al podio. Estoy dispuesta a darlo todo por ella, así como ella lo dio por mí en Guarne".
Por ahora, el deporte capta toda su atención. "Quise estudiar entrenamiento deportivo, pero me quedó muy duro. Tenía que salir a las 5 de la mañana para la Universidad, volver y luego irme a la pista a entrenar. Así era muy difícil por lo que decidí dedicarme del todo al patinaje", confiesa.
Igual a las aulas volverá, pero en su debido momento. Todo lo tiene calculado, como cuando va camino hacia la línea de meta… "Quiero lograr muchas cosas en mi disciplina y luego dedicarme al estudio. Recuerde que estudiar lo puedo hacer toda la vida, patinar no".