El ciclista se convirtió en el primer deportista nacional en lograr dos primeros puestos en estas justas. Lo hizo en las pruebas de ruta individual y por equipos, en Ciudad de México 1955.
Bogotá (24 de julio de 2019). El nombre de Ramón Hoyos es inmortal. En los primeros años del ciclismo como deporte en Colombia su figura sobresalía sobre los demás. Una sed de victoria siempre le raspaba la garganta y en todos los lugares en los que competía quería lo mismo: quedarse con el triunfo. Con esa idea llegó a los Juegos Panamericanos de Ciudad de México en 1955.
Hoyos venía de coronarse campeón de las Vueltas a Colombia de 1953 y 1954. En ambas ediciones ganó 12 de las 29 etapas que se disputaron, en total. Además, en el 54, salió campeón de la Vuelta a Puerto Rico. Ese joven, que aprendió a montar bicicleta trabajando como mensajero de una carnicería en Medellín, se estaba convirtiendo en el amo y señor de las carreteras colombianas.
A mediados de los años 50, el ciclismo disfrutaba de un auge importante gracias a la creación de la Vuelta a Colombia en 1951. Fue una época en la que se denotaba una gran rivalidad entre Antioquia y Cundinamarca. Por un lado sobresalía el nombre de Hoyos y por el otro el de Héctor ‘Zipa’ Forero, un pedalista nacido en Zipaquirá, quien fue el primer campeón de la ronda nacional.
Ramón Hoyos cuando participó en la segunda edición de los Juegos Panamericanos tenía 22 años y ya contaba con un palmarés envidiable. De ídolo. Las carreteras por las que pasaba quedaban deslumbradas por su facilidad por volar en los caballitos de acero y Ciudad de México fue fiel testigo de esa capacidad a la hora de pedalear.
El 26 de marzo, a dos meses de su cumpleaños 23, Hoyos compitió en la prueba de ruta: Gran Fondo en Carretera, que se realizó en un circuito de 6.250 metros de extensión, en torno a la Ciudad Universitaria. En esa competencia estaban cuatro colombianos: Hoyos, Forero, Benjamín Jiménez y Justo Londoño. Fue una tarde inolvidable.
Colombia puso a dos hombres en fuga (Hoyos y Jiménez) y cuando el pelotón principal quiso reaccionar ya era demasiado tarde, ambos estaban muy lejos. A más de tres minutos. A pocos kilómetros de la línea de meta, Ramón Hoyos aceleró. Dejó a su compañero de equipo atrás y se quedó con el triunfo, para colgarse la medalla de oro. Atrás, 30 segundos después, apareció la figura de Londoño, para darle al país su primer 1-2 en unos Juegos Panamericanos. Gracias a este resultado el equipo nacional también se quedó con el primer lugar en la prueba de ruta por equipos.
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