Se destacó en los 5.000 y 10.000 mts y en carreras de larga distancia como media maratón y maratón
PRENSA MINDEPORTE
El colombiano fue ganador de una medalla de oro y otra de bronce en los Juegos Panamericanos de Ciudad de México en 1975. Fue un deportista, que impuso dos marcas nacionales, que superaron las cuatro décadas sin ser batidas.
Bogotá (31 de julio). Domingo Tibaduiza: un hombre delgado, de bigote frondoso y veloz como una gacela. Con un fondo físico envidiable, fue catalogado como uno de los mejores atletas en la historia de Colombia. En su larga carrera logró marcas imborrables y que se quedaron congeladas en el tiempo, por más de cuatro décadas: en los 5.000 (13:29.07) y 10.000 metros (27:53.02). Apenas, en este 2019, Gerard Giraldo superó el récord nacional de los 5.000 metros (13:21.31), en Palo Alto (California).
El nombre de Domingo Tibaduiza se dio a conocer en el Nacional Juvenil de 1968, que se llevó a cabo en Cartago, Valle del Cauca. De inmediato demostró que iba a ser un atleta a seguir de cerca. Abrió los ojos de propios y extraños. Logró marcas en los 1.500 y 3.000 metros. Sus pasos eran inalcanzables. Pero su especialidad estaba en distancias más largas y lo demostró en los VI Juegos Bolivarianos de Maracaibo, Venezuela: en los 10.000 mts paró el cronómetro con un tiempo de 31:23.8, marca bolivariana.
Tibaduiza se codeó con una gran legión de atletas colombianos como Álvaro Mejía, Víctor Mora, Juana Mosquea o Elsy Rivas. Sin embargo, para los Juegos Panamericanos de Ciudad de México en 1975, llegó en una forma envidiable. Arrancó de la mejor manera en los 10.000 mts, su prueba predilecta, terminó en el tercer lugar con un tiempo de 29:25.45 minutos y le dio la primera presea al país en esas competencias.
Pero en los 5.000 mts fue en los que logró demostrar su mayor potencial. Fue un día inolvidable para el colombiano, quien con un tiempo de 14:02.00 minutos, superó al estadounidense Theodore Castañeda y al mexicano Héctor Rodríguez. Tiba tuvo una presentación memorable en Ciudad de México, solo fue superado en esas justas por el ciclista Balbino Jaramillo, quien en persecución individual se quedó con la presea dorada y en los 4.000 mts persecución por equipos, se quedó con la de plata. Fue su primer año para enmarcar.
Un par de temporadas después, el atleta colombiano se centró en competir en carreras de fondo como media maratón y maratón. En San Silvestre, en 1977, logró el quinto triunfo nacional en esta mítica prueba. Además, tuvo buenas marcas en Coamo, Puerto Rico (media maratón: 1:06:23) y en Nueva York, EE.UU. (maratón: 2:11:21). Y también quedaron en el recuerdo el triunfo inolvidable en la maratón de Berlín, en la Segunda Maratón Internacional de Manila y en la maratón de San Diego.
Tiba, un atleta incansable. Siempre será recordado por su paso firme y su sed de victoria. Ayudó al crecimiento del atletismo en Colombia y hoy, en plenos Juegos Panamericanos, salta a la memoria de viejos aficionados que lo vieron dominar la carretera y las pistas a lo largo y ancho del mundo.
