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Entablar un diálogo con Érica Castaño es abrir una venta que permite constatar que los sueños se alcanzan a punta de convicción y esfuerzo. Es evidente que su actitud es en gran parte la responsable de los logros que alcanzó en suelo ajeno y que hoy enorgullecen a todo el país.

Érica Castaño, tras el impulso

Apenas desabordó el avión que la trajo desde Londres hasta Colombia, lució con orgullo las dos medallas de plata que consiguió en el Mundial de Para-Atletismo que culminó el fin de semana en la capital inglesa y que fueron clave para que el país se ubicara en el puesto 30 del certamen con un total de diez metales, un oro, cuatro platas y cinco bronces.

"Estamos muy contentos con los resultados, todo se lo debemos al buen entrenamiento que hemos realizado. Con nueve atletas conseguimos estar en diez podios, además logramos varios récords de las Américas, lo que representa una gran proyección hacia los Juegos Paralímpicos Tokio 2020", afirmó Castaño. (Escuchar audio)

La colombiana impuso en la cita orbital el récord de las Américas en la impulsión de bala en la categoría F55 con una marca de 7.77 metros. Lo mismo hizo en la final del lanzamiento de disco con un registro de 21.30, números con los que batió la marca conseguida en los Juegos Paralímpicos Rio 2016, 20.07 metros.

Vestir el tricolor nacional es para Érica una motivación especial, además asegura que el prestigio del deporte nacional ha servido para mejorar la imagen de Colombia en el exterior. "Estamos logrando cambiar la estigmatización de los colombianos a nivel internacional, por eso vale la pena seguir trabajando por este sueño".

Es evidente que la gratitud también es una de sus cualidades: "Ha sido fundamental el apoyo de las entidades gubernamentales como Coldeportes para garantizar los procesos y los resultados. Le quiero agradecer de manera especial a la directora Clara Luz Roldán por su respaldo constante".

Soñar, ese es quizá uno de sus verbos preferidos, por eso desde ya piensa en colgarse la medalla de oro en los próximos Juegos Paralímpicos de Tokio, donde espera seguir rompiendo marcas a punta de tesón y amor patrio.