viernes, 13 de diciembre de 2024
Ibagué
A sus 33 años, Elizabeth Mora encarna la fuerza de la resiliencia y el poder de la humanidad. Desde San Francisco, Cundinamarca, esta líder comunitaria, directora de una fundación para adultos mayores y apasionada deportista, ha superado adversidades personales y colectivas para demostrar que con esfuerzo y empatía se pueden transformar vidas y alcanzar sueños.
Prensa Mindeporte
San Francisco, Cundinamarca, es un municipio tranquilo donde los lazos comunitarios tejen historias de esfuerzo y dedicación. En este rincón de Colombia, Elizabeth Mora, de 33 años recién cumplidos, brilla como ejemplo de fortaleza y humanidad. Directora de la Fundación Casitas de Dios, deportista y profesional en salud ocupacional, personifica el espíritu resiliente de su comunidad.
Su recorrido hacia los recientes Juegos Comunales es una historia de superación. Tras fracturarse el peroné con desplazamiento de tibia en mayo del año pasado, enfrentó un año de recuperación física y emocional. "Pensé que no podría venir", confiesa, recordando las dudas que la acompañaron durante su convalecencia. Sin embargo, su equipo, una familia construida en años de amistad, la acogió nuevamente. "Lo que es para uno, es destinado", reflexiona, agradeciendo la oportunidad de volver al deporte que tanto ama.
Combina su pasión por el deporte con su compromiso social. Dirige una fundación sin ánimo de lucro que alberga a 25 adultos mayores en estado de abandono y apoya a otros seis que, aunque tienen vivienda, carecen de alimentación. "Ellos se vuelven como la familia de uno", dice con emoción, mientras las dificultades de gestionar recursos y mantener una atención digna.
La Fundación Casitas de Dios es más que un lugar de acogida; es un símbolo de esperanza. Elizabeth, quien también es auxiliar de enfermería, trabaja incansablemente para garantizar que los residentes tengan alimento, atención y actividades que les devuelvan la dignidad perdida. Durante las novenas navideñas, se asegura de que nada falte, incluso si eso implica buscar apoyo en cada rincón del municipio.
A pesar de las responsabilidades, Elizabeth encuentra en el deporte un espacio para inspirar y conectar. Su mensaje es claro: "No podemos ser deportistas sin tener humanidad. Primero somos personas y después deportistas". Esta filosofía, heredada de un director de deportes de su pueblo, guía su vida y se refleja en cada acción.
Hoy, Elizabeth Mora no solo representa a Cundinamarca en los Juegos Comunales, sino también a las mujeres y líderes que construyen comunidad con esfuerzo y amor. Su historia, tejida con sacrificios y logros, es un recordatorio de que el verdadero éxito radica en el impacto positivo que dejamos en los demás.
Descubre más sobre los programas del Ministerio del Deporte en la sección de noticias de nuestra página web y en el portal oficial de los juegos.
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