Prensa Mindeporte
Cartagena, 18 de noviembre de 2019. - En una esquina de los escenarios deportivos, vestidos de naranja, se encuentran los paramédicos, encargados de cuidar la salud de deportistas y asistentes. Muchas veces son invisibles a la vista del público: los ven pero hacen caso omiso de su presencia, como si fueran un elemento más del estadio. Pero ellos, siempre vigilantes, están pendientes de todo, de cada movimiento.
Su labor es sencilla pero vital, o, por lo menos, así lo explica Sara Hernández. "Tenemos que colaborar al médico en todo lo que nos indica. Seguimos sus palabras al pie de la letra. Sin embargo, no podemos tocar a nadie si el médico antes no nos da la orden", resalta la cartagenera, quien junto con sus compañeros está enfocada de 7:00 a.m. hasta el último partido del día de todo lo que pasa en el escenario.
"De ser necesario se transporta al deportista al cuarto médico y si se requiere ambulancia, nosotros nos encargamos de todo el trámite hasta que la persona llegue al hospital", añade la parademédica, quien ya tuvo que lidiar con una situación difícil. Con una situación estresante, en la que respondieron de la mejor manera. Su capacidad de reacción estuvo a prueba y pasó el examen.
Fue el domingo en la tarde, un asistente al escenario sufrió un desmayo en el baño. Hubo gritos de alerta y una reacción rápida por parte de los paramédicos, quienes lograron calmar la situación: estabilizaron a la persona y la llevaron al centro médico más cercano. Con esas situaciones se pueden afrontar todos los días y para ello están siempre atentos, a cada paso, a cada señal de lo que sucede dentro del estadio.
No hay cabida para el estrés, ni para las presiones. Todo lo hacen de manera eficaz siempre con la mentalidad puesta en que todos en el escenario deportivo estén a salvo. Esa es su labor y la siguen al pie de la letra, sin cometer ningún error.