La coordinadora del Grupo Interno de Trabajo de Recreación de Coldeportes hizo un balance de la vigesimoséptima edición de Campamentos Juveniles
Prensa Coldeportes
La nueva realidad que vive el departamento de Caquetá tras años de violencia se nota a simple vista. Desde el sol resplandeciente hasta las sonrisas de sus habitantes, la alegría se respira por doquier.
¿Qué le queda al programa tras una semana de formación y recreación?
Nos queda una participación calurosa, majestuosa, de los departamentos de Colombia. Cerramos con un total de 28 delegaciones, terminamos con un gran parte en términos del proceso y posicionamiento que hemos hecho porque gracias al número de personas que asistieron, claramente van a ser replicadores de un proceso territorial y municipal. Además pudimos certificar los ascensos, que es lo que se hace en la fase nacional. Finalizamos la vigesimoséptima edición con 985 campistas.
Si cualquier colombiano quisiera saber sobre Campamentos Juveniles, ¿cómo se lo explicaría?
Campamentos Juveniles es una de las mejores estrategias de recreación y atención a los jóvenes y adolescentes del país, es contundente. Es donde nosotros no solo buscamos reivindicar el rol de la recreación, sino darle uso del tiempo libre a nuestros niños, niñas y jóvenes. Es un programa de formación extracurricular y lo que queremos es, a través de los institutos departamentales de recreación y deporte, vincular a personas desde los 12 y hasta los 28 años de edad para que puedan ser parte de un programa que les cambia la vida.
¿En qué consisten los procesos de esta estrategia de la Dirección de Fomento y Desarrollo?
Trabajamos procesos formativos desde semilla hasta fruto, y lo que quiere el programa en sí es favorecer un cambio comportamental en los niños de nuestro país. Conformar un grupo de estos en el territorio es tener claro que están haciendo un proceso de paz, de reconciliación, de trabajo por su comunidad. Pienso que uno de los procesos que debemos fortalecer en el país es que el Gobierno Nacional siga impulsando este programa como base para la atención de nuestra población más joven del país.
En ese sentido, ¿qué significa ser campista?
Significa un cambio estructural. Para nosotros que Campamentos Juveniles sea un programa pionero en el país, parecido a los Scouts, es algo a lo que le damos gratuidad, donde la calidez, el estilo de atención en términos de la recreación como base y centro, es el cambio estructural que nosotros hacemos. Este espacio educa, es un intercambio de saberes.
¿Poderlo desarrollar en Caquetá tiene un valor agregado?
El programa lleva diez años en este departamento y nosotros a través de recorridos turísticos, de remembrar lo concerniente a la fauna y flora del territorio, queremos reconocer el patrimonio que tienen en Caquetá, también reavivar los procesos de siembra y recolección en sus territorios. Se dejan acciones para fortalecer escuelas recreativas gracias a un convenio con la Alcaldía para que en los colegios se vincule la recreación como un patrono de atención en servicio social. Aparte buscamos mejorar el acueducto porque lo que hizo el programa fue darle agua a la comunidad y embellecer su entorno.
¿Qué características debe tener un campista?
Un campista juvenil es un orgullo en su territorio, es una persona con criterio, decisión, es un líder comunitario, es quien toma decisiones no solo para él, sino para mejorar las condiciones de su comodidad; es la persona que en estos momentos tiene un cambio de vida, es multiplicador de procesos.
