Ministerio del Deporte

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La delegación de Caquetá, liderada por su equipo de voleibol, llegó a Ibagué tras recorrer 488.3 kilómetros. Atrás quedaba una larga travesía por carretera que los alejaba de su tierra natal, pero con cada kilómetro recorrido crecía también el sueño de representar a su departamento en la Fase Regional de los Juegos Comunales. No solo buscan competir; su meta es más ambiciosa: dar a conocer a las demás delegaciones la riqueza natural y humana de su región, un tesoro aún desconocido para muchos.

Se observa a la familia Aguirr

"Muy buenas tardes, mi nombre es Germán Aguirre, vengo de la delegación del Caquetá", comenzó diciendo con humildad pero con la firmeza de quien cree en sus palabras la entrevista. Germán, docente de matemáticas en una institución pública, explicó con orgullo el motivo que los llevó hasta allí. "Nos apasiona bastante el voleibol; ha sido una parte importante de este proceso cultural y deportivo en el municipio. Estamos aquí representando a nuestro departamento, y también queremos invitar a todos a visitar el Caquetá, a cambiar la percepción que tienen sobre nuestra región. Tenemos una riqueza natural muy importante que nos encantaría que conozcan. Estaremos con los brazos abiertos para recibirlos".

Detrás de su discurso no solo hay palabras, sino también una visión sobre el deporte. Para Germán y su esposa Lorena, el voleibol representa más que una competencia. "¿Por qué practicar el deporte? Porque creemos que es parte de la integralidad de las personas. Nos ayuda a desarrollarnos, a compartir espacios con otros, a forjar nuevas amistades y, sobre todo, a preservar la salud y recrearnos de la mejor manera", afirmó.

Entre los nueve miembros del equipo, la familia Aguirre Rodríguez se ha convertido en el corazón del equipo. Germán, con su vocación docente, y Lorena, ama de casa dedicada, han encontrado en el deporte un refugio y una forma de vida que los llena de propósito y energía. Pero la verdadera estrella del grupo es Juana, su pequeña hija de tan solo 10 meses. A su corta edad, Juana ya ha viajado junto a sus padres y se ha convertido en una fuente de inspiración para todos los que los rodean. Su risa y su presencia en los entrenamientos son un recordatorio de que la pasión y la familia son el motor más poderoso.

La familia Aguirre Rodríguez no solo juega voleibol; representa los valores de integración, esfuerzo y alegría que definen a los Juegos Comunales. Desde el calor de su hogar en Caquetá hasta la cancha en Ibagué, llevan consigo un mensaje claro: el deporte une, inspira y transforma. Su ejemplo invita a todos a ver el deporte como mucho más que una competencia; es un espacio para construir lazos, compartir experiencias y descubrir lo mejor de nosotros mismos.

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