Coldeportes se une a la celebración del Año Colombia-Francia
¿Alguien podría imaginar que una traducción pudiese hilar para siempre la hermandad entre dos naciones? Tal vez ni el propio Antonio Nariño en 1793, cuando trascribió al español la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, extraída de la Revolución Francesa, se lo propuso.
La iniciativa del prócer, más allá de su carácter progresista, permitió trazar un camino que colombianos y franceses han transitado a lo largo de la historia, cuyos lazos se han afianzado por el aprecio y respeto.
En los 17 artículos traducidos por Nariño, el deporte ni se mencionaba, pero dos siglos después, este se convirtió en el vínculo fundamental para estrechar y, sobre todo, fortalecer mucho más la relación entre Colombia y Francia.
Sobre dos ruedas se afianzó en realidad. La historia de la Vuelta a Colombia, la competencia más importante y tradicional del país, tiene un espacio reservado para José Beyaert, el primer pedalista extranjero en ganarla. El ciclista galo se impuso en la segunda edición, en 1952.
Dos décadas después y en el entonces denominado ‘caballito de acero’, Martín Emilio Rodríguez (Cochise, como popularmente se le conoce) cruzó el Atlántico para afrontar la prueba del ciclismo más tradicional e importante del mundo: el Tour de Francia, anhelo de muchos para correrlo y que sólo ‘Cochise’ vino a hacer realidad.
Pero fue en los años 80 cuando los colombianos se familiarizaron con la famosa camiseta de pepas rojas, exclusiva para verdaderos escaladores de los Alpes. Prenda hecha a la medida de uno de nuestros grandes escarabajos como ‘Lucho’ Herrera, cuyo legado permitió que años después, Mauricio Soler y Santiago Botero, también se apoderaran del título de la montaña.
Ahora la ilusión cambió de color. Es amarilla. Y el encargado de fomentar semejante fervor es nuestro gran Nairo Quintana, acostumbrado al podio del Tour, pero que ya siente que llegó el momento de divisar los Parques Elíseos desde lo más alto el próximo 23 de julio de 2017 en la versión 104 del Tour de Francia.
Coldeportes, como la casa del deporte colombiano, seguirá pedalazo a pedalazo ese camino hacia la gesta, al participar en la caravana que recorrerá toda la geografía francesa, etapa tras etapa, el cual transmitirá un mensaje de Paz y Promoción de Colombia; Y qué mejor escenario que durante el "Año Colombia-Francia" que más allá de solidificar relaciones, se convierte en el pretexto ideal para abrir más canales de cooperación y aprendizaje.
Motivos para celebrar, sobran. Y las ilusiones de victoria se multiplican al contar también en el pelotón con los otros dos referentes del ciclismo colombiano en el último tiempo: Rigoberto Urán, o simplemente como su carisma lo indica, Rigo, nuestro medallista olímpico en Londres y subcampeón del Giro de Italia en dos oportunidades. Y por supuesto, Esteban Chaves, el ‘Chavito’ que ya hizo podio en las otras dos carreras destacadas del calendario internacional y que espera ahora tener semejante honor en el Tour.
Con sus gestas, ellos se han convertido en motor de inspiración para niños y jóvenes, quienes empiezan a vislumbrar una nación diferente. La imagen de un país deportivo y en paz es el mejor pasaporte que un colombiano puede presentar en el mundo. En semejante reto convertido en proceso, el apoyo de nuestros hermanos franceses resultó fundamental. Juntos pedaleamos por ese anhelo de ponerle fin al conflicto armado.
Sin duda, a lo largo de la historia el deporte ha sido determinante en las relaciones entre sociedades y las Ciudades-Estado, representando un rol en el que los encuentros deportivos contribuyen para afirmar el valor y las aptitudes físicas no sólo de los participantes, sino de la comunidad a la que representan.
Recordemos que el deporte es considerado un medio alternativo para disminuir la violencia en la sociedad así como una forma para dirimir conflictos y como un catalizador de la violencia, generando así una imagen de paz a través de él.
Ahora en Francia viviremos una fiesta. Porque a la hora de festejos, no sobra recordar que en suelo galo, nuestros deportistas se acostumbraron al triunfo. Cómo olvidar que el ‘Pibe’ Valderrama disputó su último partido oficial con la Selección Colombia en la Copa del Mundo de 1998, ni hablar de la consagración de Juan Pablo Montoya en el Gran Premio de Mónaco de la Fórmula 1 o para no exigir tanto a la memoria, reconocer lo de Falcao García, primer colombiano en ganar la liga de Francia como capitán y goleador del AS Mónaco hace apenas semanas.
Ahora son Nairo y el Tour, las nuevas razones que nos convocan y congregan a colombianos y franceses en torno a uno de los eventos deportivos más importante y apasionantes del mundo en Colombia como resultado de un sueño de dos países. Juntos emprendemos este recorrido y así mismo cruzaremos la meta porque el trabajo en equipo siempre ha de llevarnos a mejores destinos.
¡Que siga la celebración!
